
Ana Maldonado trabajó por más de 30 años como obrera en un plantel público, hoy a sus 65 años el pago de la pensión del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) es insuficiente; sus años dorados no lo son tanto.
La abuela relató «debo escoger cada mes entre comprar medicinas o comida; solo las pastillas para la hipertensión que me duran un mes cuestan 50 mil bolívares, casi la mitad de la pensión; la insulina vale 73 mil bolívares, antes la daban en el seguro. En dos remedios se me va la pensión y quedo debiendo, menos mal que tengo la jubilación y con eso compro un poco de alimentos. Con todo eso debo pedir ayuda a mis hijos».
Aunque Maldonado cuenta con dos pensiones que le son insuficientes para cubrir todos los gastos, hay personas de la tercera edad que solo tienen la del seguro social; tal es el caso de Renato Guerra, quien laboró toda su vida como técnico de máquinas en una empresa privada e indicó «luego de largas colas en las cuales nos bronceamos bastante, cobro los churupitos que me alcanzan para pagar la comida de tres semanas si nada de lujos. Ya para la cuarta se complica el asunto, prefiero comer antes que comprar medicinas, me controlo la diabetes con comida sana».
A pesar de los años de servicio y de haber cumplido con todas las cuotas para cobrar la pensión del seguro social, 120 mil bolívares no alcanzan ante el alto costo de la vida. Por eso las personas de la tercera edad piden el pago del bono de alimentación aprobado por la Asamblea Nacional y de otro para medicinas; además exigen que se les garantice la entrega de tratamientos gratuitos. BH/gf