«Ahorita no hay para vender, estamos pescando para llevar comida a la familia», aclaraba Gilberto Burgo a un grupo de temporadista que se acercaron a Tacarigua de la Laguna en busca de pescado fresco.
Este fin de semana el espejo de agua, donde se une el río con el mar Caribe, estaba abarrotado de al menos un centenar de pescadores que con redes buscaban pescar algo.
«Esto no es normal, jamás había visto yo tanta gente pescando aquí», agregaba Burgo mientras señalaba a un grupo de jóvenes que desde la costa lanzaban la red.
En motos, caminando, vehículos particulares e incluso en cola, desde las 3:00 de la mañana llegan hombres, mujeres y niños procedentes de Río Chico, Higuerote y Caracas con la esperanza de pescar algo en las aguas del conocido parque nacional mirandino.
Ricardo Castro, quien llegó bien temprano en su moto, narró que aunque nació en la zona nunca antes había tenido la necesidad de pescar para comer.
«Todo esta demasiado caro, tengo 4 hijos, el sueldo que tengo como obrero no me da, deje de trabajar la semana pasada y me estoy dedicando a pescar», reseñó el hombre.
Asegura que con suerte saca un par de Lebranches de las aguas de la laguna y aunque siempre hay gente dispuesta a comprar lo que pesca le resulta más llevarlos a casa.
«A veces después de las 4 de la tarde hay pescadores que venden parte de lo que sacan, todo depende de que tan productivo estuvo el día y cuanto llevarán a sus hogares», explicó.
La ola de pescadores foráneos en busca de alimentos comienza a incomodar a los habitantes de Tacarigua de la Laguna, quienes ya no pueden sacar la misma cantidad que antes.
«Todo los días suben los precios de los alimentos, pescar es gratis, lo que hay es que tener paciencia y fe», aseguraba Marco Lugo, quien este lunes esperaba «sacar algo» desde las 6:00 am.
Junto a su familia prácticamente recibió el año a orillas del mar, «es primera vez que hacemos esto, la necesitas nos sacó de la casa en busca de comida, no teníamos nada», dijo.
Daniel Murolo
