Decenas de miles de manifestantes marcharon el sábado en París para exigir una campaña nacional de sensibilización y una mayor inversión del gobierno para prevenir la violencia doméstica letal contra las mujeres, un problema que el presidente Emmanuel Macron ha calificado como “la vergüenza de Francia”.
Los participantes formaron una ola de banderas de color púrpura y carteles que serpenteó las calles desde la Plaza de la Ópera a través del este de París, en medio de una protesta pública sin precedentes para denunciar los actos de violencia contra las mujeres y para recordar a las 130 mujeres que, según los activistas, han sido asesinadas este año en Francia por su pareja actual o por su expareja. Eso significa una cada dos o tres días.