Los trabajadores públicos que ya recibieron el pernil navideño en sus respectivas instituciones no podrán obtener otro en su lugar de residencia”, dice un comunicado emitido por los CLAP en los Altos Mirandinos
La venta de perniles, que serán picados para entregar entre dos y tres kilos a cada beneficiario, ha levantado quejas en todo el país, situación de la que no escapa el estado Miranda, donde cada alcaldía fijó sus estándares para la comercialización del producto subsidiado.
La orden de la Alcaldía del municipio Guaicaipuro para la venta y entrega del beneficio del pernil navideño es que se venda uno por vivienda, y solo si los compradores no son empleados públicos.
Un comunicado que fue distribuido por los voceros de los Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP) destaca por igual que cada pieza, de unos dos kilos, tiene un precio de Bs. 60.000 y las juntas comunales no podrán cobrar un adicional por concepto de transporte, ya que el mismo debe conseguirse bajo la “autogestión”.
Este precio ha enfurecido a las comunidades, que reclaman que el costo es el doble que el de las comunidades de Caracas y zonas de otros estados. “Vivo en una casa con tres viviendas separadas y solo nos venderán dos kilos para compartir con cuatro familias conformadas por 17 personas”, dijo Maite González, de la populosa comunidad tequeña de El Nacional.
El comunicado del CLAP refiere asimismo que “los trabajadores públicos que ya recibieron el pernil navideño en sus respectivas instituciones no podrán obtener otro en su lugar de residencia”.
Solo un bocado
En la subregión de los Valles del Tuy, los perniles del CLAP también deben compartirse entre dos familias. Las piezas pesan un aproximado de cuatro kilos y se venden a Bs. 60.000, por lo que cada comprador debe cancelar la mitad.
Marta Domínguez, residente de la comunidad Súcuta, en Ocumare del Tuy, asegura que el pedazo que le corresponde no alcanza para las ocho personas que viven en su domicilio. “Eso prácticamente es una tajada de carne, que cuando cocinemos se reducirá aún más. En la mayoría de las casas, ese producto se lo consumirán en una sentada, tal y como ocurrió el año pasado”, destacó Domínguez.
Entre los tuyeros, la entrega del pernil ha dejado un sabor amargo, pues consideran que es insuficiente, ya que alcanza solo para un bocado. “Todos los vecinos están inconformes, pero prefieren callar, ya que aún estamos esperando la caja de este mes y cualquier queja nos puede costar este beneficio”, aseguró Sofía Castro, habitante de Ocumare.