El nombre de Raúl Gorrín es bastante conocido en Venezuela por ser el presidente del canal de noticias Globovisión y por ser el dueño de Seguros La Vitalicia.
La trayectoria de Gorrín bien podría incluirse en la lista de empresarios venezolanos inspiradores que burlaron sus orígenes humildes para convertirse en hombres de negocio. Pero en este caso la historia ya tenía otro rumbo. Ahora, Gorrín, lejos de ser una figura a seguir, enfrenta a la justicia española que lo acusa de lavado de dinero; también enfrenta acusaciones similares en EE.UU. desde 2018. ¿Cómo se dió este giro? ¿Qué pasó en la vida del empresario que lo llevó hasta los tribunales? Te lo contamos en las siguientes claves:
Raúl Gorrín proviene de una familia humilde. Su madre era enfermera y su padre trabajador de la administración pública. Nació en Caracas el 22 de noviembre de 1968.
La infancia de Gorrín se desarrolló entre el barrio Buenos Aires de Puente Hierro, de la parroquia Santa Rosalía de Caracas, y una urbanización clase media de San Antonio de Los Altos, en Miranda.
Se graduó de abogado en la Universidad Santa María gracias al apoyo que le brindó la abogada Hortensia Rosales de Perdomo. Mientras estudiaba, Gorrín trabajaba en zapaterías u otros comercios.
Comenzó a amasar su fortuna cuando a través de la compra de la mitad de las acciones de la casa de valores Interbursa, se hizo socio de Juan Domingo Cordero. De este, aseguró, aprendió mucho del mundo de los negocios.
Gorrín declaró a la revista Producto que su fortuna comenzó en Interbursa, donde, aseguró, llegaba a ganar hasta 500 millones de dólares semanales.
Constituyó decenas de empresas y usó bancos de inversión para montar una red que le permitiría operar en el mercado cambiario venezolano con dólares preferenciales e incorporarlos a un sistema de lavado de dinero.
A Gorrín se le asocia con altos funcionarios del régimen chavista, como el extesorero nacional Alejandro Andrade, a quien en una oportunidad calificó como «su amigo del alma» y que actualmente enfrenta a la justicia de EE. UU. por manejo de dineros de origen dudoso.
Desde 2008 los abogados Gorrín y Gustavo Perdomo se incorporaron a la directiva de Seguros La Vitalicia. En mayo de 2013, apenas un mes después de la cuestionada elección de Nicolás Maduro como presidente, un grupo financiero formado por Gorrín, Juan Domingo Cordero y Gustavo Perdomo compraron el canal de noticias Globovisión, hasta entonces abiertamente crítico al oficialismo. El grupo de Gorrín se hizo con el 80% de las acciones del canal por la suma 80 millones de dólares, aunque se estima la suma pagada fuera negociación pudo ser mayor. Desde ese momento, Globovisión tuvo un cambio drástico de línea editorial al pasar a ser menos contestatario con el gobierno, incluso con censura y despido de periodistas que han emitido comentarios políticos al aire.
El origen de la estructura corrupta de la que participó Gorrín para el lavado de dinero data de alrededor de 2004 y 2007, con las «notas estructuradas» establecidas por el gobierno venezolano para convertir los «bonos argentinos» en dinero fresco. Estas notas se negociaban a través de corredores bursátiles. Esto permitía «jugar» con el diferencial cambiario para obtener ganancias adicionales.
Gorrín y Perdomo han sido vinculados con la poderosa banda «Los Enanos», la cual según denunció el exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Luis Velásquez Alvaray, está encabezada por mismísimo Nicolás Maduro e integra toda una red de empresarios, jueces, fiscales y militares, incluido al presidente del Poder Judicial, Maikel Moreno. Esta banda se encargaba de extorsionar y pagar sobornos para incidir en procesos judiciales y favorecer a guerrilleros y narcotraficantes detenidos, así como realizar juicios amañados contra adversarios políticos. Según Velásquez Alvaray, Gorrín y «Los Enanos» estarían implicados en el asesinato del exfiscal Danilo Anderson.
En 2018 el Gobierno de Estados Unidos, tras una larga investigación, ordenó confiscar las propiedades de Gorrín en territorio norteamericano. Las autoridades norteamericanas habían desentrañado la trama de lavado de dinero que obtenía desde los sistemas de otorgamiento de divisas preferenciales de Venezuela. También le acusó de violar la Ley de Prácticas de Corrupción en el extranjero.
Estados Unidos determinó que Gorrín también recibía instrucciones para la compra de propiedades en el extranjero por parte de un alto funcionario del gobierno venezolano, identificado como «oficial extranjero 2» en la investigación que realiza el gobierno norteamericano. Igualmente, Gorrín era dueño de 24 propiedades entre Nueva York y Florida. Entre los bienes congelados al magnate por el gobierno de EE.UU. destacan 11 apartamentos en la calle Salzedo de Coral Gables, uno de los sectores más acomodades de Miami. En ese mismo edificio también aparecen dos apartamentos propiedad de una empresa registrada a nombre del periodista Vladimir Villegas.
No solo Estados Unidos señala a Gorrín de tener vínculos con el gobierno chavista y obtener beneficios de este. España también le señaló de participar en una red que blanqueaba en esa nación dinero sustraído de la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Gorrín deberá comparecer el 26 de febrero por el caso de lavado de dinero en España ante la Audiencia Nacional de ese país.
Solo en EE. UU. deberá enfrentar nueve cargos de lavado de dinero, uno de conspiración para violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) y otro de conspiración para lavado de dinero.
Gorrín está incluido en la lista de más buscados por la justicia estadounidense. Es considerado prófugo de la justicia norteamericana.