Hampón que se explotó en la Fajardo ya había robado una joyería en Perú

Manuel Adrián Hernández Armas, alias Manolo, integrante de la banda de El Coqui, que opera en toda Caracas desde la Cota 905, residía en la ciudad de Guarenas

Manuel Adrián Hernández Armas, alias Manolo, uno de los peligrosos delincuentes abatidos hace más de una semana en la Francisco Fajardo, durante un enfrentamiento con las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), cuerpo élite de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), tenía un expediente internacional con alerta roja de Interpol.

Cabe destacar que Manolo, quien era un delincuente acusado de cometer secuestros, robos y homicidios en Venezuela y era buscado activamente por los cuerpos policiales, pudo salir del país a través de la frontera con Colombia. Y en el año 2018 viajó hasta Perú con el fin de integrar una organización delictiva en ese país, conformada mayormente por venezolanos.

En su andar por la nación inca cometió varios delitos, pero hubo uno que llamó la atención de las autoridades peruanas.

El 22 de junio del 2018, Hernández, junto a una banda de 11 venezolanos, y un ciudadano peruano ingresó al centro comercial Jockey Plaza, de la ciudad de Lima y cometió un asalto millonario en una joyería llamada Banchero.

Este delincuente se encargó de someter al personal de seguridad, mientras los otros perpetraban el asalto.

Aunque todos los hampones huyeron del sitio, posteriormente las autoridades peruanas lo identificaron, al igual que al resto de la organización.

Luego de eso, Manolo huyó de Perú y, durante dos años, se desconoció sobre su paradero.

Desde la nación inca se solicitó su búsqueda internacional y actualmente presentaba alerta roja de Interpol, pero andaba libremente en Venezuela.

Aunque vivía en la ciudad de Guarenas, pertenecía la banda de El Coqui, una de las más peligrosas del país.

En Venezuela nunca fue detenido, y no fue sino hasta el día de su muerte cuando su nombre volvió a aparecer en la palestra pública.

Él era el conductor del vehículo Toyota chasis largo de color banco en la cual se trasladaban los delincuentes que pretendían secuestrar a un empresario a la salida de un centro comercial de la urbanización Chuao.

Como es del conocimiento público, El Manolo no se pudo salir con la suya, pues funcionarios de las FAES frustraron el secuestro y finalmente, luego de un fuerte enfrentamiento, murió cuando pretendía accionar una granada contra las comisiones policiales.

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