
Los sondeos y la sombra de una alta abstención alimentan el nerviosismo en la candidatura del presidente. La ventaja en los sondeos del presidente Emmanuel Macron sobre su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, se acorta en la recta final de la campaña para las elecciones presidenciales en Francia. La distancia entre ambos ha pasado de 16 puntos en favor de Macron a principios de marzo, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, a cinco puntos ahora, según el sondeo que publicó este miércoles Le Monde. El centrista Macron se impondría en la primera vuelta de este domingo con un 26,5% de votos, y Le Pen quedaría segunda con un 21,5%, según el citado sondeo, realizado por Ipsos-Sopra Steria con 12.600 personas y con un margen de error de entre el 0,2% y 0,9%.
Hace un mes, con el inicio de la guerra, la expectativa de voto para Macron se había disparado hasta un 30,5%, mientras que Le Pen estaba en un 14,5%. A falta de cuatro días para la votación, hay nervios en el campo macronista, pese a la unanimidad en las encuestas sobre su carácter de favorito. Y en el bando lepenista sopla un viento de esperanza. “Pienso que hay una verdadera oportunidad y es posible ganar esta elección”, decía hace unos días a EL PAÍS Louis Aliot, dirigente del partido de Le Pen (Reagrupamiento Nacional). El sábado, en su único gran mitin, Macron alertó a sus votantes: “No os creáis los sondeos que dicen que es imposible [la victoria de Le Pen], que es impensable, que la elección ya está decidida y que todo irá bien”.
La actualidad de última hora, sumada a la posibilidad de una abstención elevada, alimentan el nerviosismo y la incertidumbre. La Fiscalía Nacional Financiera anunció el miércoles una investigación preliminar por posible blanqueo y fraude fiscal a McKinsey, la firma estadounidense que se encuentra en el centro de una polémica por el creciente recurso de la Administración a consultoras privadas. McKinsey, según un informe del Senado, no pagó el impuesto de sociedades en Francia entre 2011 y 2020. Empleados y directivos de la firma participaron en la campaña de Macron en 2017. Jean-Luc Mélenchon, pujante candidato de la extrema izquierda, denuncia el caso McKinsey y el recurso a consultoras externas: “Es un escándalo, el Estado paga para desmembrarse”.
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