
La sumatoria de una gran cantidad de inconvenientes ha puesto al borde de la locura a los vecinos de la parroquia Paracotos, ya que están cansados de la mala calidad de vida que tienen debido a que malos servicios públicos, escasez de alimentos y colas han pasado a formar parte de su pan de cada día.
Los mismos aseguran que las comunidades que ‘‘solo’’ pasan una semana sin agua son afortunadas, pues ‘‘en todo Paracotos el problema con el agua es tal que hasta un mes sin surtido del vital líquido podemos pasar’’.
‘‘Todo pasa por la falta de mantenimiento en las bombas de Hidrocapital, por eso es que pasamos tanta necesidad con el agua aquí en la parroquia’’, anunció Jennifer Acosta, quien desde hace más de dos décadas reside en Paracotos.
Cuando por fin la tubería tiene una gota de agua corriendo a través de ella, ‘‘llega totalmente sucia y de paso la ponen por dos o tres horas, en ese tiempo a mucha gente no le da chance de llenar los pipotes o tanques porque trabajan y no están en casa’’, comentó.
De igual forma, es una problemática que tiene tiempo azotando a los Paracoteños, no obstante, en los últimos años se ha agravado a punto tal de que se ha tenido que trancar la Autopista Regional del Centro (ARC) para llamar la atención de las entidades gubernamentales.
Durante los encuentros conciliatorios con distintas autoridades, solo se les han colocado ‘‘pañitos húmedos’’ para calmar los ánimos pero con el tiempo no se ha conseguido una solución tangible para el inconveniente del agua en la localidad.
A su vez, y como en reiteradas ocasiones han coincidido en una sola voz, los habitantes de la región exigen mejoras en los servicios públicos, no sólo del agua, sino también en la recolección de desechos sólidos y el transporte.
Basura por montones
No hay agua y la basura los agobia en todos los rincones de las comunidades de Paracotos. Esta vez, fue Carolina Rojas, quien desde hace 37 años vive en Paracotos, la vecina que puso en evidencia el pésimo servicio recolector de desechos que ‘‘gozan’’ y denunció que el camión del aseo solo pasa 1 o 2 veces al mes para realizar la respectiva ronda de rutina para retirar las bolsas de los distintos basureros que hay en la zona.
‘‘Tenemos un dolor de cabeza con el tema de la basura’’, afirmó, contando que ‘‘a veces pasa el mes entero y no se ve por ningún lado el camión. Como consecuencia de esta falencia servicial, la basura se acumula en esquinas, plazas, basureros, calles, callejones y carreteras principales.
Vialidad es un colador
Si se es residente o se visita Paracotos con cierta regularidad, no es un secreto que la vialidad es uno de los tantos talones de Aquiles que presenta, ya que la vía principal, carreteras, calles y callejones son una mina de huecos y demás fallas viales.
No en vano, los choferes que por la región circulan, deben hacerlo con sumamente cuidado para evitar un accidente de tránsito importante o por el simple hecho de salvaguardar la integridad de sus respectivos vehículos.
Ni los muertos se salvan
‘‘Hace cuatro años el Consejo Comunal Paraparo recibió 400 mil bolívares para la construcción de un muro de contención en el cementerio de Paracotos, hasta el sol de hoy no se ha hecho nada y los representantes de la junta comunal aseguran que ya no hay dinero’’, explicó con un tono de preocupación Julio Acosta, habitante de la localidad.
Según informó Acosta, el consejo comunal solo creo algunas fundaciones ‘‘y en eso se les fue toda la plata’’. El muro que se planea construir será un punto más para la seguridad del camposanto, ya que en múltiples ocasiones se han realizado denuncias sobre la profanación de tumbas por parte de practicantes religiosos.
Adultos mayores no salen de una cola
Acosta también aprovechó la oportunidad para enmarcar la impotencia que siente al ver a los adultos mayores de la parroquia en una cola constante y sin ningún beneficio que aliviane sus pesares.
Ante la escasez de alimentos, son cada vez más las horas que los abuelitos deben perder haciendo la cola para llevar el bocado de pan a sus hogares. ‘‘Hasta 3 días pasan los abuelos haciendo cola en abastos del pueblo para conseguir harina pan y arroz (…) hace un año venimos sufriendo por esto, pero de dos meses para acá la situación empeoró’’, concluyó.
Frederick Ortiz
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