
“El único país del mundo donde uno entra a una panadería y pregunta si hay pan es en Venezuela”, se quejó Roberto Méndez, quien la noche de este lunes recorrió en vano seis locales para garantizar la cena de su familia.
“No hay harina para hacer la tradicional arepita y mucho menos el relleno más simple que es mantequilla y queso duro; tampoco se encuentran canillas ni campesinos y donde hay pan sobado te quieren vender 10 microunidades por 800 bolívares, es una locura diaria lo que estamos viviendo”, se quejó el residente de la urbanización La Quinta, en la avenida Víctor Baptista.
–Estoy conciente de las limitaciones para adquirir la materia prima, sería un mentiroso si no lo hiciera, pero percibo que con el inventario de harina de trigo que les llega a los locales se enfocan en elaborar cachitos y otros productos cuya unidad está valorada en 300 bolívares; es decir, hacen lo más caro para que uno se vea obligado a gastar más y con la situación económica como está cualquier gasto adicional pega en el bolsillo.
La queja es avalada por Marisela Bermúdez, residente de La Matica, quien señaló que “ahora no solo hay que lidiar con las colas en las afueras de los supermercados sino también en las panaderías. Hay locales que sacan pan en la noche, hay que hacer cola y máximo venden dos canillas o un campesino por persona”.
–Cada día es más difícil la preparación de la lonchera escolar. La otra vez casi me desmayé al ver que un quesillo pequeño cuesta 620 bolívares; cada día le meto menos opciones a mi chamo porque hasta las frutas están por las nubes. El kilo de parchita para elaborar los jugos naturales está en 1.200 bolívares y el pan cuadrado con cereal rebasa esa cifra. Estamos entre la espada y la pared las amas de casa y darle una mesada debe estar por el orden de los 400 bolívares para que se compre una empanada y un jugo y desembolsillarlo diariamente le pega duro al presupuesto.
Comerciantes
entrampados
Mientras los compradores se quejan de las bajas en la producción, las filas que deben protagonizar y los precios fluctuantes de la mercancía, los panaderos se defienden señalando que los estragos económicos no son ajenos a sus bolsillos y deben superar muchas trabas para acceder tanto a la harina de trigo como a la levadura.
“No es que estemos haciendo trácala como muchos quieren hacer ver, es que tenemos que destinar lo poco que nos llega para todos los productos que elaboramos”, explicó Marcos Bolívar, encargado de un local del ramo en el casco central de la capital mirandina, quien señaló que “el año pasado nos prestábamos materia prima entre panaderías, pero el 2016 ha estado más rudo que nunca: los clientes lo sienten y nosotros también”.

–No se trata solo del producto líder y sus derivados como lo es el pan; también arrastramos problemas con los despachos de leche para preparar el café; jugos e incluso chuchería. Lo poco que llega está tan caro que se queda frío en la vitrina. Ya matarle el gusto al chamo de un chocolatito, el más barato, sale en 300 bolívares. Nadie escapa a la hiperinflación que estamos atravesando y la sienten más las familias promedio donde son 5 bocas que alimentar.
En otros locales de Carrizal y San Antonio señalan que las limitaciones en la cantidad de artículos por persona buscan rendir al máximo posible la mercancía y tener el mayo número de beneficiados posible. “Mucha gente se queja cuando pide 6 canillas y le decimos que solo puede llevarse dos, pero es el método que se está aplicando en la mayoría de los negocios para tratar de quedar bien con la mayoría de los clientes”, dijo Mauricio Trémola, trabajador del municipio Los Salias.
Trigo a
la vista
Hasta la fecha han arribado al país tres buques con trigo panadero como parte de la logística con el Ministerio de Alimentación, el Conglomerado Trigo y los molinos para mantener los inventarios a nivel nacional y garantizar que el pan no falte en la mesa del venezolano, informó el presidente de la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan), Tomás Ramos.
Sostuvo que muchas han sido las dificultades para recibir esta materia prima y cumplir con la programación y logística de los buques debido la falta de divisas que enfrenta el país y también a las necesidades que tienen otros sectores productivos.
Por otra parte, destacó vía nota de prensa que ha sugerido que no se detenga el proceso de producción de los molinos en la meta de mantener los inventarios de 100 mil toneladas en estos espacios, 100 mil en tránsito y 100 mil en trámite.
En relación al tema de otras materias primas, Ramos informó que el ministro aprobó divisas para la importación de levadura, otro de los productos que enfrenta una fuerte escasez en el país. Además se planteó la necesidad del azúcar para el sector y se aprobaron 2.000 toneladas a través de la Central La Pastora, pero aún la logística para su distribución está en análisis.gf
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl