
Baja producción, escasez, desabastecimiento e inflación son los monstruos con los que tienen que lidiar a diario cientos de venezolanos, quienes cada día dedican más tiempo a recorrer negocios y hacer colas en vano.
La desesperación se vio reflejada la tarde del viernes, cuando miles de personas se agolparon a las afueras del Fresco Market ubicado en el sector Corralito, municipio Carrizal, luego de que anunciaran que harían una venta controlada de productos “acaparados”.
Leche, pañales, champú, azúcar y harina de trigo figuraban entre los productos que los desesperados clientes deseaban obtener. “Estamos hablando de que un azúcar regulada te sale en Bs. 26,48 mientras que en la calle no te ofrecen el kilo por menos de Bs. 800 y a todas éstas uno no sabe qué marca es ni si está rendida con otro polvo”, se quejó Marcos Villalba, quien tras cinco horas de cola pudo entrar el sábado al local intervenido.
–Las personas abandonaron todas las entradas del resto de los locales de los Altos Mirandinos y se aglomeraron en el supermercado carrizaleño porque por las redes sociales habían dicho lo que había, y para nadie es un secreto que los pocos productos regulados que hay uno los termina pagando a precio bachaqueado, lo que representa más de mil por ciento de sobreprecio, lo que hace que las cuatro lochas que uno gane quincenalmente no alcancen más que para comer.
La opinión fue compartida por Carlos Blanco, quien durmió en las afueras del local carrizaleño para comprar pañales para su hijo de seis meses. “En la calle te venden un solo pañal en Bs. 100; es una locura lo que estamos viviendo. Cada día más empresas están cerrando porque no aguantan la mecha ante tantas restricciones”, dijo el residente del barrio José Manuel Álvarez.
–Me quedé impresionado el domingo cuando llevé a mi mamá a comer al centro comercial La Cascada y a las 6:00 p.m. ya todo estaba cerrado y a oscuras. No tenía intenciones de comprar nada, pero igualito parte de la diversión de ir a un centro comercial es meterse en las tiendas a curucutear; al menos a mi mamá le gusta hacer eso, pero como la invité fue a cenar a propósito del Día de las Madres se quedó con las ganas. Comimos y de inmediato nos marchamos.
Sigue sin
alcanzar
Aunque a partir de este mes los trabajadores públicos y privados comenzarán a devengar un ingreso mensual de Bs.15.051 por concepto de salario mínimo y un ticket de alimentación de Bs.18.585, para un salario integral de Bs. 33.636, el dinero sigue sin alcanzar.
“El kilo de carne ya supera los 3 mil bolívares, mientras que el pollo está por Bs. 2 mil; ya mil bolívares en la cartera no son nada, un kilo de limón está en Bs. 1.400; ningun monte se consigue por menos de mil bolívares; así que hasta que no congelen los precios no habrá aumento que valga”, opinó Maritza Querales, residente de El Trigo.

La opinión encuentra respaldo en los más recientes estudios del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas – FVM), según los cuales durante el mes de marzo de 2016, la canasta alimentaria se ubicó en Bs. 142.853, es decir, 17,1 % más que el mes anterior (equivalente a Bs. 20.877), mientras que la Canasta Básica Familiar, que a diferencia de la alimentaria incluye no sólo los costos de los alimentos sino los precios de productos de higiene personal, limpieza del hogar, productos para la salud, entre otros, registró en marzo un salto de Bs. 203.943,95. Con respecto al mes de febrero, incrementó Bs. 26.968,50, es decir, 15,2 %.
Ante estos números una familia promedio de cinco miembros tendría que devengar 4,26 salarios mínimos integrales mensuales solamente para cubrir gastos de alimentación, pero tendría que devengar 6,06 salarios mínimos mensuales integrales para cubrir el costo total de la canasta básica alimentaria.
Ni debajo de
las piedras
Leche en polvo, sardinas enlatadas a precio regulado, atún enlatado, pollo, carne de res, margarina, azúcar, pernil, aceite de maíz, huevos de gallina, queso blanco duro, caraotas, arvejas, lentejas, arroz, harina de trigo, avena, pan, pastas alimenticias a precio regulado, harina de maíz, café, salsa de tomate y mayonesa persisten en la lista de grandes ausentes de los anaqueles.
“Lo preocupante es que ahora hasta a los bachaqueros les está costando acceder a la mercancía, lo que habla de lo poco que se está produciendo y eso sí es realmente alarmente”, advirtió Eugenia Pérez, residente de El Vigía, quien cada vez basa más su dieta en más vegetales y hortalizas para evadir las colas en los supermercados.
Johana Rodrí[email protected]/@michellejrl