
En zig zag deben circular por la calle principal de El Trigo tanto conductores propios como extraños ante la gran cantidad de “troneras” que presenta el vía. “Acá no sabemos lo que es la llamada `fiesta del asfalto´, se olvidaron de nosotros hace mucho”, reseña Rita Lugo, habitante de la zona.
“Alguien que le diga al acalde que no somos una parroquia foránea, que estamos bien cerquita de la alcaldía”, agrega la mujer al comparar las calles del sector con las de poblaciones alejadas como Paracotos, Tácata y El Jarillo “zonas que sufren nuestro mismo mal: el olvido de las autoridades”.
Desde la subida frente a residencias Trigo Dorado hasta la bajada frente a los edificios Lagunetica los conductores aseguran que al menos hay 60 huecos; “hay troneras que tienen hasta 6 años, son del alcalde anterior, el actual las heredó y todo indica que se las pasará el próximo”, reseña en tono de chiste Asdrúbal Blanco, conductor de la línea de transporte que cubre la zona.
Pero para Harold Orta la situación es grave, cuenta que fue despojado de su vehículo cuando llegaba a su casa hace pocos días por dos motorizados. “Bajé la velocidad para pasar esquivar la tronera que está cerca de las residencias Kira, fue en ese momento que me alcanzaron”, reseñó.
Dijo que tanto la inseguridad como el mal estado de la vialidad y la falta de agua son los principales problemas de los residentes de esta urbanización, una de las más antiguas de la capital mirandina.
Explicó que no solo la vía principal está “minada” de huecos, invitó a transitar por cualquiera de las cuatro trasversales que conforman el sector; alcantarillas sin tapas, fallas de borde, pequeños derrumbes causados por las lluvias y cunetas repletas de basura es lo que se encuentra al recorrer la zona.
“Lo que hace falta es un cambio de gobierno tanto nacional como local para ver si logramos ver cambios”, sentencia visiblemente frustrada Erika Briceño, tras asegurar que en sus más de 30 años viviendo en la comunidad jamás vio “tanto abandono” por parte de las autoridades.
Aplaudió que en la última semana “tres hombres medio cortaron el monte, pero eso no es significativo cuando se vive entre huecos y aterrada con la inseguridad”, reseñó.
Esquivar el hueco que se encuentra en la entrada de la urbanización, a pocos metros del portón de residencias Lagunetica, resultó casi mortal para uno de los vecinos; “perdí la cuenta del tiempo que tiene esa tronera, creo que una obra de Hidrocapital”, indica uno de los vecinos, quien narró cómo al menos tres accidentes se han registrado en ese punto.
“Al ser una bajada el que viene circulando por la principal que conduce a Lagunetica no ve el que viene subiendo; al esquivar el hueco se encuentran de frente y ocurre el desastre”, narra que igualmente varios motorizados han caído de sus vehículos en ese punto.
Las quejas apuntan tanto a la Alcaldía de Guaicaipuro como a Hidrocapital, esta última por reventar las vías para reparar tuberías y dejar “huecos” por todos lados. “Lo peor es que se la pasan reventando el asfalto y nosotros seguimos secos, por tubería nos llega agua una vez a la semana con suerte”, narra otro de los residentes.
Manda el hampa
Como “letra muerta” califican los residentes de El Trigo, así como la mayoría de los tequeños, el decreto promulgado por el alcalde el año pasado en el que prohíbe la circulación de motorizados con parrilleros por las calles de la ciudad después de las 9:00 pm.
“Acá en El Trigo es justo después de esa hora que más roban, atracan y secuestran los motorizados”, explican los vecinos. Los hampones utilizan los vehículos de dos ruedas para huir con mayor velocidad; en total, según el registro de información de los medios locales, 90 % de los crímenes que se registran en Guaicaipuro, el segundo municipio más violento de Miranda, son perpetrados desde motos.gf
Daniel [email protected] / @dmurolo