«Delicado, achocolatado y sedoso «, «cuerpo medio y aroma típico», «bueno para cualquier momento y apto para ser degustando por cualquiera»… Frases que pareciesen describir un vino, un destilado o un chocolate. Sin embargo, estas frases son algunas expresiones que utilizan los conocedores y apasionados del tabaco para referirse a sus habanos favoritos.
Aromas que envuelven, bocanadas de placer y sabores que deleitan, quizás de la manera más compleja, hacen que los habanos tengan una relación muy estrecha con la gastronomía. En lo personal no fumo, y mi encuentro con el mundo del tabaco se limita a alguna experiencia universitaria, o al contacto con ese aroma que desprenden los habanos fumados por algún fumador. No obstante, el mundo del tabaco me parece fascinante, rodeado de arte y tradición.
UN AROMA QUE ENVOLVIÓ EL MUNDO
Con la llegada de los colonos al nuevo continente, posteriormente llamado América, los europeos entraron en contacto con un nuevo mundo de aromas y sabores. Entre los productos que cautivaron a los conquistadores estaba el tabaco, y más específicamente el habano. Cuando Colón llegó a Cuba descubrió el tabaco, el cual los indios Taínos usaban en ceremonias religiosas y sociales.
TODO TABACO NO ES UN HABANO
El habano es un producto único en el mundo, con carácter marcado por su territorio y al clima donde crecen las hojas de tabaco que se cultivan en Cuba. Además de las características territoriales, la isla caribeña posee una tradición que se involucra en diferentes partes del proceso de elaboración. Los habanos están cargados de misticismo y «secretos» transmitidos de generación en generación y desconocidos para otros países productores de tabacos y cigarrillos.
100% Hecho en Cuba
Para qué los habanos puedan ostentar dicha denominación de origen, debemos tener un cigarro cuyas hojas hayan sido cultivadas y recolectadas en Cuba y se haya fabricado dentro de la isla. Hay 5 zonas de producción de tabacos plenamente identificadas en la nación cubana. Algunas solo destinadas a producir hojas para productos excepcionales, considerados los mejores habanos de la isla. Otras zonas producen hojas para ciertas partes del tabaco, y la región de Oriente produce la materia prima para cigarros de consumo local.
LA HOJA DEL HABANO
La planta utilizas aclara elaborar habanos es la TABACO NEGRO CUBANO, una de varias especies de tabaco. De esta clase se utilizan básicamente 2 familias para la producción de hojas para habanos: corojo y criollo, en todas sus derivaciones.
Para la capa del cigarro, la cual consiste en la envoltura del tabaco y su parte más externa, la planta de corojo se cultiva en campos tapados, protegidos de los rayos del sol. De esa manera la planta tiene un desarrollo distinto, con hojas más finas y estéticas.
Por ser la capa la parte visible del tabaco, es la parte por la cual el fumador reconoce el habano. Es una hoja fina con mucha elasticidad, que si bien constituye un porcentaje mínimo del producto, es la que determina el sabor de la fumada e influye en su combustión. Para las partes internas del tabaco: capote y tripa (relleno), se usan hojas de criollo, y la planta se cultiva al aire libre o bajo telas de algodón.
El capote es una segunda hoja que compacta el relleno, dándole al habano su forma cilíndrica. Mientras la tripa es el corazón del habano, en la cual se mezclan 3 tipos de hojas para producir sabor y aroma.
LA MANO DEL TORCEDOR
Una vez pasado un largo proceso que conlleva el cultivo, recolección, curado, secado, fermentación, selección y añejamiento de las hojas…llega el momento de la magia en manos del torcedor. Personas que elaboran el tabaco de manera manual, nutridos por el conocimiento heredado de siglos de producción.
El «Ligador» es quien entrega al torcedor una lista de las hojas necesarias para cada tipo de habano y las proporciones de mezcla. La secuencia de ensamblado del habano es todo un ritual, que se mantiene casi intacto desde la antigüedad, marcado por el uso de instrumentos muy sencillos: una mesita, 2 cuchillas, una guillotina, una regla, y cola vegetal. Son todos los elementos que necesita un torcedor para armar el habano, el resto está en su cerebro, habilidad y manos ¡Lo cual lo hace increíble!
El arduo trabajo culmina cuando el tabaco armado pasa un proceso de selecciona en el cual de ser aprobado se le coloca una anilla, como si se le estuviese coronando como soberano. Posteriormente el tabaco es colocado en la caja, alineándose desde el más oscuro al más claro, de izquierda a derecha. Por fin, ya el habano está listo para ser disfrutado.
RON Y HABANO: ARMONIA CON SABOR A CUBA
Cuando uno conoce la gastronomía y se interna en el tema del maridaje (Combinación comida licor) termina por deducir que la mejor armonía siempre es con productos de la misma zona de origen que el licor a degustar. Por ello no es de extrañar el delicioso maridaje que los expertos atribuyen a la combinación de habanos y ron reserva.
Los rones Premium añejos, por su paso por barrica, recuerdan en sabores y aromas a la vainilla, al chocolate, al caramelo tostado y a la madera noble; características que lo colocan como armonía perfecta para las notas aromáticas y sensoriales de los habanos de calidad.
OTRAS ARMONIAS
Cada vez es más frecuente la armonía de habanos y vinos como nueva tendencia que rompen los patrones de maridajes conocidos. También hay quienes disfrutan de los habanos en conjunto al whisky, al licor de drambuie o incluso con cocteles como el mojito. El tabaco también encuentra su maridaje en el chocolate, bien sea como acompañante o como ingrediente que rellena deliciosos bombones, como los elaborados por los amigos de @espaciochocolat
No soy fumador y quizás nunca lo sea, pero un producto con tan laboriosa fabricación, y tan rico de cultura, bien se merece su espacio en las paginas gastronómicas. Lo que si no dudo es que tal vez cuando visite cuba, me vea tentado a encender un habano mientras tomo ron y disfruto las costas de Varadero.
EXCITANDO EL PALADAR / Gabriel Balbás