
Tras un periplo que la llevó de liberal demócrata a conservadora y de partidaria por la permanencia en la Unión Europea (UE) a apoyar fervientemente el Brexit, Liz Truss es ahora la tercera mujer primera ministra de la historia del Reino Unido después de Margaret Thatcher y Theresa May. Truss de 47 años, fue diputada durante 12 años y ministra del gabinete durante ocho, bajo el ala de tres primeros ministros, ocupando su último puesto como ministra de Relaciones Exteriores, una persona clave, según los analistas para sus relaciones con la UE, tras el Brexit. Su rápido ascenso comenzó en 2010 cuando fue elegida por primera vez al Parlamento y cuatro años más tarde se incorporó como ministra en diferentes funciones en los gabinetes de David Cameron, Theresa May y por último Boris Johnson. Truss es ahora la tercera mujer primera ministra de la historia del Reino Unido después de Margaret Thatcher y Theresa May.
Es una liberal acérrima que propugna un retorno a la pureza ideológica de libre mercado y una minúscula intervención estatal en la economía que fue apodada por algunos fanáticos como la «nueva dama de hierro», al ser comparada con Thatcher, paralelismo que aprovecha para establecer un contraste con sus pares y multiplicar su popularidad. Nacida como Mary Elizabeth Truss un 26 de julio de 1975 en Oxford, Inglaterra, hija de John Kenneth y Priscilla Mary Truss, desde temprana edad fue conocida por su segundo nombre. La familia se mudó a Escocia cuando ella tenía cuatro años y Truss asistió a la primaria West en Paisley, y luego a Roundhay, una escuela integral en el noreste de Leeds.
Fue presidenta de los Demócratas Liberales de la Universidad de Oxford y miembro del comité ejecutivo nacional de su ala juvenil y estudiantil. Integra el Parlamento por la circunscripción de South West Norfolk desde las elecciones generales de 2010 y fue ministra de Medio Ambiente desde 2014 a 2016, ministra de Justicia y Lord canciller desde 2016 a 2017 y secretaria parlamentaria del Tesoro desde 2017 a 2019. Con sus padres, profesores de ideología de izquierda, asistió a innumerables marchas contra la guerra, la proliferación nuclear y contra Thatcher, pero su paso por la Universidad de Oxford marcó un brusco cambio, en el que desarrolló una veneración por la apertura de mercados, la reducción del Estado en la vida pública y la libertad económica como emblema de sus decisiones, hasta el punto de llamar Liberty a su hija.
En 1996, con apenas 21 años, se unió al Partido Conservador durante uno de los más difíciles períodos de la formación, que se enfrentaba al arrollador avance del Nuevo Laborismo encarnado por el entonces altamente popular Tony Blair. Permanentemente comparada con Thatcher por su radicalización ideológica, Truss no solo no elude la analogía, convencida de que le granjea simpatías y adherentes, sino que además saca a relucir los dichos de antiguos colaboradores, según los cuales, cuando ella se empeña en algo, «lo único que la diferencia de un rottweiler es que el perro acaba soltando a su presa». Los escándalos no han sido ajenos a su carrera política, entre ellos una relación extramatrimonial de 18 meses mantenida con un diputado tory, también casado, que dinamitó la relación del legislador, pero no la de Truss, y que desató la furia de los conservadores electores de su circunscripción de South West Norfolk.
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