
Las colas por productos básicos continúan marcando la rutina de cientos de consumidores que por la escasez se agolpan a las afueras de farmacias y supermercados.
Diariamente ya es común observar a grupos de más de 300 consumidores, en su mayoría mujeres, alineados a las afueras de diferentes comercios. Una de las novedades de esta nueva oleada de colas, es que muchas veces los mismos ciudadanos se marcan los brazos para organizarse y no perder su turno, aunque algunos establecimientos asignan números, mientras que otros atienden por orden de llegada.
Asimismo, ya es habitual observar a personas dormir en las inmediaciones de reconocidas cadenas de distribución de alimentos, con la esperanza de que llegue un conteiner cargado de alimentos y así ser los primeros de la cola.
Ante esto, Yacsenis Campos dijo «Esto es inhumano, cómo hace uno para volver a conseguir pañales, detergente y jabón, amanecimos aquí y ahora salen con que van a dejar de vender».
«Deberían tener más consideración, aquí hay muchas personas mayores con dolores en las rodillas que no pueden estar paradas en una cola por mucho tiempo», agregó.
Igualmente, madres adolescentes denunciaron que funcionarios policiales les impidieron unirse a la cola para comprar pañales por su edad, aunque han comprado en otras ventas de artículos escasos.
Llego el pollo
Ayer una de las colas que más afluencia registro fue la del pollo regulado. Desde tempranas horas se evidencio un gran numero de personas apostado a las afueras de un reconocido establecimiento de la Hoyada, pues varios kilogramos de pollo serían expendidos en el lugar. Se conoció que el muslo de ave se oferto a Bs. 120 por kilogramo, mientras que el muslo se vendió en Bs.60.
Café, Pañales y Papel Sanitario
Mientras unos estaban tras la casa del pollo, otros – muchos miembros de un mismo núcleo familiar—se dispersaban por diversos puntos de la capital mirandina para “casar” cualquier producto de la cesta básica.
Por ejemplo, desde las 7 de la mañana, quienes tuvieron suerte lograron comprar en una reconocida cadena de farmacias, pañales desechables y desodorante para hombres.
en el centro de la ciudad, comerciantes asiáticos vendieron café, margarina y aceite, en estos puntos las colas eran hasta de 500 personas aproximadamente.
La cola para comprar papel sanitario también era descomunal, incluso la comparaban con un “caracol” pues atravesaba gran parte de la avenida y boulevard.
Ronald Padrón
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