El imperio norteamericano jamás ha respetado el principio de autodeterminación de los pueblos. De manera constante y sistemática se inmiscuye en la política interna de todos los países del mundo. Claro está no le interesa el bienestar de sus habitantes, sólo busca apoderarse de los recursos naturales y usarlos para su beneficio.
Son cientos de años de intervención. Millones de muertos generados en guerras fraticidas; daño colateral es el eufemismo para justificar el asesinato de miles de personas. En nombre de la democracia, los Estados Unidos se autoproclaman policías del orbe.
Venezuela no escapa a esta realidad. En los últimos años, desde Washington se han lanzado ataques arteros a la revolución bolivariana. Y es que el imperio se considera afectado por el ejercicio de soberanía que hace el pueblo venezolano.
Es lamentable que grupos opositores al gobierno se dediquen a difamar en el exterior al proceso revolucionario y además, estén en la disposición de entregar el territorio y su gentilicio sólo porque no aceptan los resultados electorales. La actitud de entrega y el pensamiento alienado de la oposición es aprovechada por el imperio para imponer ante la comunidad internacional una matriz de opinión que cercena el derecho de Venezuela a la autodeterminación.
Obama y su séquito responden a los intereses del capitalismo. Están acostumbrados a arremeter contra quienes no piensan o actúan como ellos. Las últimas declaraciones del Presidente Obama constituyen una clara injerencia en los asuntos del país. La sarta de mentiras busca engañar a la comunidad internacional. Pretenden acusar a Venezuela de ser un estado forajido que se dedica a violentar los más elementales derechos humanos. Nada más alejado de la realidad, vivimos para respetar el pensamiento del pueblo.
La verdad se proyecta en el reconocimiento de Nicolás Maduro Moros como presidente constitucional. Venceremos todos los intentos de traición de los apátridas opositores y llevaremos adelante los proyectos políticos que heredamos del Comandante Hugo Chávez.
José Gregorio González Márquez