
Me gustaría abrir un día la prensa y no en encontrar tantas malas noticias, tantas mentiras, tantas desfachateces y tanta división. De verdad, que cansancio de tener que ver a los lados y ver países que, en medio de sus dificultades, surgen y ofrecen oportunidades a sus ciudadanos. Nosotros, por el contrario, debemos soportar las mentiras que caen encima de nosotros, la promesas para el año que viene, luego para el otro y el de más arriba, porque 14 años no fueron suficientes para usar la renta petrolera más rica de nuestra historia e invertirla en hechos y no palabras.
De verdad me agoto de escuchar a Andrés Izarra hablar de que él va activar el turismo nacional. Me pregunto… ¿cómo? ¿Con cuales vías? ¿Cuál infraestructura hotelera? ¿Cuál transporte? ¿Cuál seguridad?… le decimos a los turistas: vengan y échenle b… porque acá no hay nada más que ofrecer (Más allá de paisajes hermosos mal aprovechados). Turismo no es traer personas, es ofrecer todo un conjunto que, hoy, no tenemos.
Hoy estoy cansado de ver a Iris Varela con esa grosería, ese tono siempre altanero hablar de logros en el sistema penitenciario venezolano que, según ella, ahora es diferente. La única diferencia real es que ahora hay más presos en menos cárceles. Basta de mentiras, las cárceles son antros en los que viven como animales los presidiarios. ¿Ha hecho algo ella? ¿Cómo ha renovado los penales? ¿Silenciando medios para que no denuncien la realidad que todos podemos ver?
Estoy obstinado de escuchar al presunto “presidente” hablar de que tenemos el salario mínimo más alto del Suramérica, cuando el poder adquisitivo del venezolano está devaluado y la plata de vaina rinde para sobrevivir. ¿Cómo ese señor se ufana de eso cuando la inflación nos devora y ni los productos regulados se controlan? El dato: aumentaron por encima del 15% en los últimos días.
Estoy harto del temita del magnicidio, de las amenazas contra un pueblo que no necesita armas, porque se ha manifestado en las elecciones gritando que no queremos más paja, que el cuento que repitió el difunto sobre el atentando, los paramilitares, los gringos, la derecha no lo creemos. Desde 1999 escuchamos la misma cortina de humo para intentar silenciar los problemas. ¡Basta! Acá morimos víctimas del hampa y de mengua, pero no de atentados. Sean serios, responsables y pónganse a trabajar. Señores, ¿si no atentan contra Barack Obama, van a gastar plomo en zamuro? Colombia está trabajando para progresar, igual los gringos. El día que nos quieran matar, nos dejan de comprar el petróleo y punto, ahí si morimos, pero en la ruina. Este es el único país que a su “enemigo” le vende petróleo para invadirlo, el único país que a sus enemigos de al lado le piden fiados alimentos y hasta papel higiénico prometiendo pagar, no con efectivo, sino con papeles sin valor. Ahora todos los problemas se llaman Colombia.
Da rabia ver toda la la impunidad en los casos que los involucran. Señores del TSJ, CNE, FANB, dan vergüenza con su silencio complaciente hacia los escándalos gubernamentales. El país les pide seriedad y un poco de cordura en sus actos. La historia les cobrará con creces lo malo que le hacen hoy al país, al callar ante las denuncia de los miles de aquelarres que involucran al gobierno, los cuales jamás son investigados. Pero basta que los opositores, que no son blancas palomitas, hagan algo, ahí si actúan, se pronuncian. Meten presos, allanan viviendas, investigan computadoras y hasta la vida intima. Pero uno de los chivos más enchufados, Mario Silva, denuncia a todo el gobierno y ni voltean a ver. ¡¡Es un montaje!! De pana, somos bien arre… ¡falsificamos hasta las huellas dactilares!
Se cansa uno de ver campantes por las calles a los malandros delincuentes que agredieron a este diario, reírse y hasta “chalequear” sobre lo sucedido. El que delinque no paga en este país, si está enchufado. Sólo pagan los inocentes. Pero señores, ustedes saben quienes son; siguen siendo unos delincuentes y todos lo sabemos. El tiempo le cobrará a cada uno sus acciones.
Venezolanos, a despertar. Están silenciando los medios, están callando las voces críticas, o por lo menos eso intentan. El motivo, el país no soporta más. No podemos decaer, no podemos bajar la guardia, no podemos regalar nuestro presente, nuestro futuro. Debemos seguir denunciando, protestando, reclamando, todo en paz, sin violencia; somos mayoría. No es momento de rendirnos, porque algo es cierto: este país no es el mismo del año pasado. Debemos seguir, porque no podemos tolerar que nos traten como si fuéramos una minoría, cuando por el contrario, somos la mayoría electoral, y estoy seguro que, hasta millones que no votaron no apoyan esta farsa llamada revolución.
Estoy cansado, pero no por eso bajando los brazos. Del cansancio nace la crítica, de la crítica el anhelo de algo mejor, de ese anhelo el compromiso con el país, porque el país somos todos. Sí, quiero hablar de otra cosa, quisiera que, escribir o hacer caricaturas, me resultara más complejo por la carencia de temas. Quiero salir y encontrar todo lo que necesito en el mercado. Quiero crecer junto a mi país y poder tener acceso a todo, servicios, estudios, salud, bienes materiales, porque crecer en la vida no tiene nada de malo.
No es momento de dormir amigos, no es momento de dudas ni temor. Es el momento de construir el futuro, de moldearlo de hacerlo mejor para todos.
Organizados, comprometidos, perdemos batallas pero no la guerra. La batalla por la paz, por el progreso, por el derecho a vivir dignamente a tener calidad de vida.
Sí, estoy cansado, sí, quiero viajar por mi país y ver sólo prosperidad, no ver quejas, no ver atraso. Parece utópico, pero no lo es. Tú que me lees, es hora de despertar. Las excusas son de los perdedores. Venezuela es un país de vencedores, en nuestras manos está.
Fernando Pinilla / @FMpinilla