José Dionisio Solórzano
Usted puede ser un buen estratega o poseer una extraordinaria estrategia, pero por sí solo esto no le hará ganar una elección o posicionar su marca en el mercado; tal vez usted tenga una excelente política de comunicación, pero en muchas ocasiones sí las tácticas de penetración en la opinión pública no están acompañadas de un norte claro todos los esfuerzos caerán en un saco roto, también si usted tiene un buen equipo compacto, trabajador, disciplinado y direccionado de la forma correcta pudiera ser mal utilizado si carece de los dos factores anteriores.
Cuando poseemos la intención de promover un candidato para las próximas elecciones, si buscamos colocar un nuevo producto en el mercado lo primero que se debe realizar es una estrategia de acción, ¿qué queremos?, ¿cómo lo queremos?, ¿cuáles son nuestros objetivos?, ¿a quiénes van dirigido nuestros esfuerzos?, al contestar estas y otras interrogantes vamos diseñando nuestro norte y con él nuestra estrategia.
Ya con un mapa estratégico diseñado, analizado, reflexionado, discutido y aprobado, pasamos a la siguiente etapa que no es otra que ¿cómo adaptamos lo planteado a mecanismo de comunicación efectivos?, podemos estar muy claros en lo qué queremos y cuándo lo queremos, pero si no sabemos comunicarlo nuestros públicos no nos comprenderán, por ende, no nos votarán o no comprarán lo que ofertamos.
Saber comunicar indica el ¿qué decir?, ¿cuándo decirlo?, ¿a quién decirlo?, ¿a través de qué canal decirlo?, ¿en qué escenarios decirlo?, todos estos puntos son vitales para alcanzar una efectiva relación entre usted y los públicos finales, un solo error en el manejo de estas cuestiones nos generaría un ruido lo que repercutiría en nuestra intención de comunicarnos bien con nuestros votantes o usuarios.
Luego de obtenida una estrategia de acción y determinada las tácticas comunicacionales para alcanzar los objetivos precisados en los pasos iniciales, debemos conseguir, contratar, buscar o seleccionar un equipo que se encargue de la ejecución de las acciones que conlleven a poner en marcha un plan de abordaje del mercado o de los públicos votantes.
Es verdad que usted debió armar su equipo de inicio de campaña integrado por politólogos, sociólogos, políticos de carrera, comunicadores sociales, expertos en opinión pública y psicólogos, en el caso de las campañas electorales y en las empresariales o institucionales, resaltarían los profesionales en ramas como mercadeo, comunicación social, psicólogos, expertos en ventas, publicistas y otras expresiones profesionales, pero muchos de estos connotados representantes del pensamiento son estructuradores y no materializadores, entonces al evaluar esta situación usted debe estructurar un equipo integral y proactivo que le permita poner en marcha sus planes y programas.
Por muy clara que sea la estrategia, por muy efectiva y de impacto que sean las tácticas comunicacionales a emplear, si no posee un equipo humano que monitoree, programa, ejecute y atienda los momentos álgidos de su campaña, ya sea política, institucional o promocional de un producto, usted podría estar echando todo por la borda.
La clave del éxito radica en plantear su estrategia política o comercial, aplicar las tácticas comunicacionales necesarias para lograr el impulso necesario de los mensaje estratégicos, y contar con el apoyo de un personal humano que esté despierto y activo en la construcción de cada uno de los pasos para alcanzar los objetivos específicos y general trazados con anterioridad.
En conclusión: sin estrategia, sin buena comunicación y sin equipo, o contando con alguno de los factores y no con todos usted siempre tendrá seguro su derrota, pero si cuenta con todo bien estructurado sus probabilidades de ganar una elección o que se producto cale en el mercado se dispararán. ¡Suerte!
