
Con la devaluación de la moneda comer en la calle también se ha vuelto «un lujo» según indican algunos tequeños que acostumbran a desayunar o almorzar en algunos de los comercios de comida, luncherías y panaderías que hay en la ciudad capital mirandina.
Unos 80 bolívares sale desayunar en cualquier negocio de comida y algunos gastan hasta más dependiendo de los alimentos que ingieran y de las bebidas que compren. Así un jugo de medio litro va de 7 a 15 bolívares dependiendo del establecimiento, las empanadas oscilan desde 14 a 16, tequeños 12, un café pequeño cuesta 6 bolívares y uno grande 14, las maltas de lata están de 10 a 20, mientras que los refrescos valen 15, 17 y 22 bolívares según sean los mililitros y los pastelitos van a partir de 12 bolívares.
«Comer en la calle sale carísimo, yo lo hago porque hay un momento en que la comida casera me fastidia, pero ya no se puede estar inventando. Casi 100 bolívares dejo todas las mañana en una panadería sólo comprando el desayuno», aseguró Vivian Calderón.
Algunas personas prefieren desayunar algo más ligero como yogures, los cuales tienen un precio de 14 bolívares y si vienen acompañados con cereales aumenta a 18,90 el valor.
«Me he dado cuenta que lo que son los precios de los jugos de cartón varían dependiendo del negocio, a pesar que el costo está impreso en el envase, pero muchos cobran de más. Por ejemplo un Choko lo cobran a 10 y otros a 15 bolívares», exclamó Ricardo Alvarado.
A la hora del almuerzo los valores de los diferentes platos varían. Una pizza sencilla tamaño normal oscila entre 80 y 200 bolívares, un combo de pollo asado y hallaquitas cuesta 140 y un menú con sopa y seco sale más de 150 bolívares.
«Ya no se puede comer en la calle, porque también con la escasez de alimentos los restaurantes y luncherías cobran un poco más por sus productos. Ya eso es un lujo», manifestó Gabriel Parra.
Ronald Gil – [email protected] / @thedaniels21