“Ese velorio” es su grito de guerra, reír como niño su rasgo característico y regalar queso su labor social diaria. Se trata de José Luis Pacheco, quien desde hace más de 15 años asiste religiosamente a El Paso a hacer ejercicio.
Aunque muchas son las personas que cumplen rutinas deportivas desde hace mucho tiempo, lo particular de este icónico personaje es que ha conformado una especie de club dirigiendo rutinas de ejercicios a grupos de hasta 60 personas que cada noche se concentran en los espacios del polideportivo Arnaldo Arocha en Los Teques.
Todo inició cuando Pacheco, que acostumbraba a hacer sus rutinas, comenzó a ser imitado por otros conformando de manera espontánea un grupo que se ha consolidado con el correr de los años convirtiéndose en el entrenador oficial de El Paso, donde se le ve llegar cada noche con su contagioso buen humor.
Uno de sus “seguidores” es Vicente Sulbarán, mejor conocido como “7 y 15”, quien tras ser diagnosticado hace más de una década con diabetes comenzó a caminar por las inmediaciones de los bloques de la urbanización Cecilio Acosta.
“Yo llegué por mi cuenta luego de que el médico me mandara a hacer ejercicio y él, con esa gran bondad que lo hace ser quien es, se ofreció a ejercitarme; desde entonces vengo cada noche y he logrado controlar mi enfermedad y mejorar mi estilo de vida a mis casi 73 años”.
Similar testimonio ofreció Gonzalo Ramírez, quien hace 10 años fue con sus hijos a caminar y se encontró con el peculiar hombre que lo llamó a sumarse.
“La primera sorpresa fue su iniciativa y la segunda enterarme de que todo era gratuito. Es un sujeto que ha cambiado vidas porque quienes venimos cada noche vemos cómo mejora nuestra salud y estilo de vida. Ha dejado una huella imborrable en cada uno de nosotros porque nos ha integrado y traído beneficios para nuestra salud y estado de ánimo”.
Este deportista, quien en su época dorada fue velocista de 400 metros, también es alabado por las féminas que sufren con los ejercicios pero agradecen los resultados. Tal es el caso de Marione Briceño, quien desde que “descubrió” a Pacheco no hay noche que no asista al polideportivo.
Otra visitante asidua es Nora Palacios que se crió con Pacheco en los bloques de El Paso y comparte con él la pasión por el deporte. “Yo fui atleta y ahora vengo para mantenerme en forma. Él es un gran amigo y siempre busca ayudar a todo aquel que conoce, de eso podemos dar fe quienes venimos a entrenar en su compañía”.
Tremendo desde pequeño
Nacido en Barlovento, a los 11 años José Luis comenzó a sentir la inclinación por el deporte participando en los juegos intercolegiales de la UE Manuel Cañizares en El Paso, resultando campeón.
Desde entonces correr fue su afición, tanto que “flojeaba en los estudios pasando de grado con 10 hasta que mi mamá me dijo no hay más competencias si no sacas una carrera”; sabio consejo que siguió convirtiéndose en traumatólogo.
A la par entrenaba representado al país en juegos suramericanos y panamericanos que le permitieron conocer naciones como Brasil, México, Cuba y Estados Unidos, donde corrió por su cuenta el maratón de Nueva York logrando culminarlo en dos horas 40 minutos, experiencia que catalogó de “única e inigualable”.gf
Pacheco cumpleañero
La rutina de ejercicios se vio interrumpida la noche del martes 16 de julio cuando José Luis arribó a su cumpleaños número 51, por lo cual todos sus compañeros y amigos del polideportivo decidieron sorprenderlo (como cada año) con un agasajo que incluyó una mega torta.
“Esto es apenas una muestra de cariño y retribución a un hombre que por vocación y sin ningún interés viene cada noche llueva, truene o relampaguee a hacernos sentir mejor. Definitivamente es un ser de gran corazón, de esos que quedan pocos; por eso le sacamos la chicha cada noche”, dijo entre risas Yeimalayet Hugle, quien luego de poco más de 4 meses le ha dado cabida a nuevas personas atléticas en su vida y despedido cinco kilos que no extraña en lo más mínimo.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
