Mercado paralelo

Según ciertas referencias en el mercado del dólar no oficial, pareciera que el Sicad no ha impactado de mayor forma

Nicolás E. Bianco Barazarte

A pesar que el Sicad ha cumplido tres convocatorias de forma exitosa, manteniendo en las últimas dos la misma metodología en el tipo de Subasta, con un tipo de cambio promedio -fijando un solo precio para aquellos cuyas pujas estuvieron dentro de la bandas de precios consideradas por el BCV, entre 10 y 12 bolívares por dólar es evidente que las autoridades monetarias, en coordinación con el despacho de Finanzas, tienen dos objetivos macroeconómicos de primer orden: bajar el tipo de cambio paralelo y que esto, a su vez, ayude a controlar la inflación; y el otro, tratar de reactivar la economía que muestra una desaceleración producto de la escasez de divisas.

Las modificaciones realizadas al Sicad las considero todas positivas. Mientras que el BCV no pretenda maximizar sus utilidades cambiarias para ayudar a solucionar el déficit fiscal aún presente, los efectos sobre los diversos sectores pudieran verse a corto plazo, si el Ejecutivo visualiza que son necesarias otras medidas complementarias, que pudieran ampliar el efecto del Sicad sobre el mercado paralelo, u otras medidas adicionales que se han mencionado con anterioridad; que no son otras que reactivar el mercado permuta, quizás a través de la Bolsa de Valores de Caracas o la Bolsa Bolivariana, donde el gobierno tendría la puerta abierta para emitir papeles de deuda interna para que inversionistas -distintos a la banca- inviertan en dichos títulos y que el Swap termine de ofrecer las divisas requeridas por todos los venezolanos.

Esto sin duda tendría un efecto sobre el mercado paralelo, eliminando las distorsiones que ha adquirido en los últimos meses.

Es un secreto a voces, a pesar de la Ley de Ilícitos Cambiarios, que muchas de las transacciones en nuestra economía se pretenden fijar con este marcador de precio, afectando en forma directa las transacciones sobre inmuebles, vehículos, ropa, servicios de todos los sectores que no están incluidos en Cadivi y no han sido permeados por el Sicad. Adicionalmente, ha permitido numerosas cantidades de estafas provocadas por la necesidad de las divisas para importar, mientras se pasaba del Sitme al Sicad.

Es importante entonces que el Ejecutivo tome medidas a corto plazo: o aumentamos la cantidad que se oferta a través del Sicad en cada convocatoria -con un mínimo de 400 millones de dólares- con un rango más amplio de sectores económicos a incluir en cada subasta para que el mecanismo sea más ágil, y aumentemos la capacidad de respuesta de 2.000 empresas a unas 5.000 empresas; o darle entrada al dólar permuta a través de las Bolsas de Valores que disponemos las cuales, bajo la supervisión de la Comisión Nacional de Valores, busque la transparencia que demandaba el presidente Chávez. No puede ser que por unas casas de bolsa o algunos bancos sigamos pagando algo que muchos de nosotros desconoce, y se constituye como una de las principales barreras al trabajo de importadores y comerciantes en Venezuela.

Sabemos que hay dificultades sobre la liquidez de nuestras reservas en moneda extranjera en custodia del Banco Central de Venezuela. Es un tema para analizar, porque no crecen nuestras reservas internacionales como lo venían haciendo a pesar que el petróleo venezolano se sigue cotizando en los mercados foráneos sobre los 100 dólares por barril.

Lo que sí podemos decir, según ciertas referencias en el mercado paralelo, que el Sicad no ha impactado de mayor forma. Quizás es temprano, quizás el BCV siga modificando el sistema en las siguientes convocatorias.

Simplemente elevamos nuestra voz para sea escuchada profesionalmente.

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