Quienes creemos que nuestra soberanía debe permanecer, estamos obligados a buscar alcanzar la mayor suma de fuerzas para adelantarnos a cualquier eventualidad que pudiera terminar por afectarnos
Egipto ha entrado en una dinámica peligrosa. Es obvio que los Hermanos Musulmanes no se les habrán expulsado del poder sin que ello implique consecuencias graves para la paz de ese país.
Varios analistas piensan que lo de Egipto, unido a lo de Siria y Libia, constituye un paso más hacia el caos total en la región que daría paso a un nuevo orden mundial. A decir, de ellos, en el Medio Oriente se está produciendo un pulseo entre las grandes potencias que amenaza con pasar a mayores. Sobre todo, luego del anuncio que hiciera el Pentágono movilizando fuerzas militares de significación hacia la zona. Con este anuncio, Estados Unidos eleva un poco más la apuesta, pasando de las amenazas verbales a unos movimientos concretos.
En el Medio Oriente se desarrollan varios conflictos en paralelo: En primer lugar, el histórico entre Israel y Palestina. Este conflicto gravita sobre toda la región alterando los cursos de acción política de los países que la conforman.
Luego, también se desarrolla otro por el liderazgo en la zona, del cual participan como principales protagonistas Irán, Arabia Saudita y Turquía. Muchos agregan a Qatar, dada su participación proporcionando respaldo e impulsando la llamada Primavera Árabe.
Entre Irán y Arabia Saudita han existido tensiones que se manifiestan a diario. Ellas son provocadas por la lucha que ambos países mantienen por alcanzar el liderato en la región. En cada conflicto, armado o no, los intereses de estos dos países se mueven y muestran a los ojos de los observadores menos atentos.
Ahora a esa lucha también ha entrado Turquía que no es un actor menospreciable. El campo donde las dos potencias militares más importantes están confrontando estrategias directamente, es Siria. Los Rusos han asumido una actitud de respaldo a Siria y su gobierno ante la ofensiva de los Rebeldes Musulmanes respaldados por las potencias de occidente, especialmente los Estados Unidos. Esta toma de fuerza entre los dos colosos militares, sumado a una situación de conflictividad “en pleno desarrollo”, convierten el suministro petrolero del Medio Oriente en muy inseguro, tanto para Europa como para los Estados Unidos, sumados a ellos los países Asiáticos como Japón y China que reciben de allí buena parte de su consumo de Petróleo.
Esto nos va a colocar como país en una situación contradictoria. Por una parte nuestro petróleo será mejor valorado y por la otra, nos veríamos amenazados ante unos países desarrollados sedientos de petróleo para poder mantener sus niveles de vida.
Esto hay que verlo con cuidado. No basta que gritemos nuestra condición de país soberano; la soberanía siempre ha necesitado de fuerza para que sea reconocida y en un escenario donde ella deba ser utilizada, son pocas nuestras posibilidades ante el periodo de nuestras potencias adversarias.
Esto debería ser uno de los asuntos sobre los cuales sería necesario sostener un punto de vista nacional. Quizás no unánime, pero si mayoritario.
Quienes creemos que nuestra soberanía debe permanecer, estamos obligados a buscar alcanzar la mayor suma de fuerzas para adelantarnos a cualquier eventualidad que pudiera terminar por afectarnos.
Iván Gutiérrez