
La calidez de quienes atienden “La Casita de Maikel” hace que te sientas en tu hogar. Precisamente ese es el secreto del éxito para que este restaurante el venidero 14 de febrero de 2014 arribe a su vigésimo aniversario.
El creador de este rinconcito gastronómico ubicado en Laguneta de la Montaña es Macario Oropeza Avilán, quien recuerda con gracia que cuando su hijo era pequeño todos los días debía llevarle chuchería, “por lo que un día decidí equiparme para un mes sin contar que el chamo comenzaría a venderla”.
El inocente gesto llevó a la esposa de Macario a hacer lo mismo con helados y majarete. “Un día hicimos un hervido de gallina y lo vendimos; nos fue tan bien que luego preparamos pinchos pero después la gente comenzó a exigir y fue cuando nos planteamos la idea de montar un negocio”.
Muchos troncos incluyó concretar el sueño que se ha convertido en una referencia no sólo nacional sino internacional, pues recibieron un premio de España y han atendido a embajadores de diversos países, por lo que aparecen en videos que han recorrido París, Viena y Hong Kong.
Evolucionando

El sueño lejos de apagarse se ha ido expandiendo y cada vez buscan ofrecer más espacios para las doscientas personas que en promedio los visitan mensualmente.
-Contamos con varios salones que se han ido abriendo paulatinamente “Las Lagunetas”, “Don Vicente”, “El Fogón”, “Caney Domingo” y “Mirador Don José”.
Ahora están empezando a construir un mirador hacia El Jarillo y la Colonia Tovar que incluirá un centro de tiro de arco y flecha. Igualmente están desarrollando un jardín botánico que incluirá especies culinarias y medicinales, “ya casi está listo”, contó un entusiasmado Macario.
Sin embargo, el cambio más ambicioso que está en puertas es la apertura de una posada cuya primera parte esperan estar inaugurando en tres meses. “Como recompensa a nuestros clientes estamos haciendo un concurso para rifar la primera noche gratis”.
Soñador
Macario se describe como un soñador que persigue todo aquello que se propone, “alcanzándolo gracias a mi Virgen de Coromoto y el apoyo de quienes creyeron en nosotros. Tenemos a los mismos clientes de hace casi dos décadas y gente que se va sumando por referencia y luego se hacen amigos de la casa”.
La cordialidad se ha convertido en el ingrediente principal de los platos que allí son servidos y que van desde suculentos desayunos criollos pasando por unas sopas “capaces de matar hasta el ratón más maluco”, costillitas en miel y carne en vara que derriten hasta el paladar más exigente.
A este particular recoveco de madera se puede acceder acercándose a la vía que conduce a la parroquia El Jarillo. Una vez en la “Y” de la plaza ubicada frente a La Barrica solo debe doblar a la izquierda y bajar, si no ve el cartel será seducido por los olores (o pregunte, todos sabrán darle respuesta).
Compruébelo

Si todavía no ha ido a “La Casita de Maikel”, que como bien dice su creador es el reflejo de un sueño, es el momento de que haga un paréntesis en su agenda y se acerque.
Aparte de consentir el sentido del gusto, podrá disfrutar de un envidiable clima y hacer espectaculares fotos en los verdes parajes que rodean el restaurante que incluye caminerías bordeadas por cayenas.
Casi 20 años de existencia y miles de visitantes ratifican que “La Casita de Maikel” se ha convertido en una referencia turística de los Altos Mirandinos, la cual se consolidará una vez alberguen huéspedes.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl