«Han debido enviar a otra ‘propiedad’ (del partido) a recitar el catequismo de la autoexclusión», así respondió el candidato a la Alcaldía de Guaicaipuro Pedro Delgado a las declaraciones del representante de Acción Democrática Ricardo Infante, quien rechazó que inscribiera su candidatura.
Delgado, quien es militante activo de la tolda blanca y diputado suplente del Consejo Legislativo de Miranda, aseguró que le ha causado hilaridad «que a mis declaraciones se les haya buscado un respondón sin luz. A la condición ágrafa de Ricardo Infante no se le puede pedir que conozca los estatutos de AD».
– Aunque entiendo que sus «impedimentos» buscan desnivelarme, he declarado a la prensa que mi motivación esencial, la que sostiene mi aspiración a la Alcaldía de Guaicaipuro era y es que la escogencia del candidato de la Unidad en una elección primaria, enredada y casi turbia se realizó entre gente que no presentó un plan de carácter propositivo sino la cartera, que o la llenaba un presupuesto destinado no tanto a promover una gran ciudad de la que somos dolientes o el deseo de impedir que un odiado adversario del gobernador se hiciera con las banderas unitarias, además de la nutria empresa que regenta Herrera.
Sin embargo, agregó el abanderado de Alianza Cambio, que esa decisión tenía un enorme cargamento de protesta «frente al drama que significa esa especie de chavismo que vivimos en AD».
– Solo esta vez declararé al respecto, pero ¿Cómo llamamos a la formula de juicio con matices de reglamento que escoge a los concejales sin la opinión de los compañeros que conforman cuadros y militancia? ¿Cómo describimos que en el municipio Sucre se designe al hermano de un connotado chavista, un enchufado del régimen Castro-madurista? ¿De qué manera señalamos que en Chacao, pasándole por encima a cualquiera con tiempo de dedicación al partido, se escoge al representante del bufete que gana el juicio que se sostenía contra Rodríguez?
– ¿Cómo decimos que la candidatura blanca la ostenta la más ineficiente directiva del estado como la de El Hatillo? ¿Cómo explicamos que en Carrizal un remedo de Juan Vicente Gómez, un enquistado de los relajamientos legales, en contra de toda línea del pensamiento Betancuriano respecto de las reelecciones haya pactado la designación de un «aliado» interno contra una directiva respetada justamente por el adversarlo?
En cuanto a Guaicaipuro, dijo que si es cierto que la postulación recae en el jefe del partido, «quien pudiera merecerlo, incluso inaudita parte, ni siquiera se explora que se trata del dirigente con mayor rechazo en la población tequeña producto de una gestión pública desacertada que no le dejó a la ciudad ni una línea en un plan para su desarrollo, justo lo que queremos resaltar en esta campaña».
– Nombres como el que propone el partido hacen correr el riesgo de que en la oposición resultemos menos favorecidos en el Concejo Municipal en la gestión que encabezaré. Es tanta la distorsión que hasta en Baruta, donde atinan respaldar a alguien vinculado al destino del municipio, esa designación no pasó por matiz alguno de consulta, acuerdo o consenso.
«No puedo dejar de mencionar a mis compañeros de los Valles del Tuy o Barlovento, desconsideradamente dejados a su suerte tanto por la dirección nacional y su capataz, como por la directiva regional, desconectada de toda realidad», dijo.
– Estas y otras que no vale la pena señalar pero igual de desventuradas, son las cosas que adornan la decisión de brindarle al tequeño la oportunidad de votar por un plan que los ayude, en medio de dos campañas que en tiempos de crisis hacen galas de gastos groseros de los candidatos oficiales de las tendencias rojas o variopintas del chavismo en Venezuela. Ahora tendrán por quien votar.gf
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo
