
Tensión. Eso es lo que se vive en el sector comercial de la capital mirandina luego de los disturbios registrados la tarde de este lunes, cuando una juguetería ubicada en El Tambor fue saqueada,al igual que otros dos locales, mientras que cuatro negocios sufrieron destrozos.
“Me niego a ser robado porque quienes están saliendo a las calles no son personas con hambre sino ladrones que quieren llevarse ya no a precio de gallina flaca sino regalada, la mercancía que a uno tanto le cuesta traer”, refirió Juan Colmenares, quien tiene un negocio de calzado en la avenida Bertorelli Cisneros de la capital mirandina.
Como él, varios fueron los vendedores que imitaron la iniciativa de trabajar tras las rejas, “cual farmacia de turno a través de una ventanilla”, como señaló Juan Carreño, quien tiene su tienda en Los Nuevos Teques.
-En vista de que muchas personas seguían de largo pensando que estábamos cerrados, decidimos colocar una cartulina fluorescente donde se lee que sí hay despacho.
Los más atrevidos decidieron subir las santamarías. “Hay que trabajar pero estoy prevenido al bate en la entrada; si veo a la multitud corriendo lo que hago es bajarla, no importa que queden clientes adentro, lo importante es resguardar el local”, señaló el encargado de una panadería ubicada en la calle Guaicaipuro de la ciudad del clima ideal.
Aparente calma
Pese a que afortunadamente no se registraron más saqueos, durante horas del mediodía de ayer un contingente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) debió desplegarse en El Cabotaje luego de que un grupo de personas que permanecía en las afueras de Tiendas Cupper comenzara a golpear la puerta para obligar a que abrieran.
Mientras se desarrolló la irregularidad, efectivos policiales desviaron las unidades de transporte que se dirigían hacia la terminal de pasajeros Los Lagos para evitar que quedaran inmersas en el caos que se prolongó por escasos diez minutos, cuando todo volvió a la calma.
Ansiedad consumista
El impacto de los anuncios realizados durante los últimos días ha llevado al primer mandatario nacional a exhortar a los venezolanos a evitar lo que catalogó como “ansiedad consumista”, prometiendo que las medidas se mantendrán en el tiempo, por lo que no hay necesidad alguna de acampar a las afueras de los negocios.
Sin embargo, sus palabras se las ha llevado el viento; persisten las colas en diversos puntos de los Altos Mirandinos, tal y como se puede evidenciar en la sucursal de JVG en el centro comercial La Cascada, municipio Carrizal, donde la gente permanece desde la noche del sábado, así como varios comercios de electrodomésticos en el sector El Cabotaje de la capital miranda, donde la gente se niega a irse pese a los hechos de tensión que se han vivido durante las últimas 48 horas.
No faltan los decepcionados
Luego de romper la vidriera de General Import y cargar con la mercancía, nuevamente un grupo de personas se apostó en las afueras este martes para cargar con el resto de la mercancía y cuando el ingreso fue permitido se amotinaron porque los precios no estaban como ellos pensaban.
“Los costos fueron ajustados pero no significativamente, así que la gente decidió trancar la vía de El Tambor pero gracias a la rápida actuación policial se evitó que la acción se prolongará por más de 5 minutos”, señaló Carmela Uzcátegui, residente del barrio El Nacional, quien catalogó como insólita la situación que se está viviendo en el país.
-Como dicen por allí, yo soy pobre pero honrada. Me parece bien que el Gobierno le haya echado mano a los precios de todos los productos pero esperaré a cobrar mis aguinaldos y ver qué es lo que realmente necesito para ir a comprar con calma. Sinceramente no sé de dónde sacan para comprar televisores de 80 mil bolívares. La gente cree que están rematando cuando lo que están es reajustando y por mucho que le bajen para la gente humilde como yo que vive de sueldo mínimo es igual de inalcanzable.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl