
Desde el clásico vehículo individual de tablas sostenido por ruedas de madera o rolineras hasta diseños más elaborados con asientos, espejos retrovisores, luces conectadas a baterías, cornetas, equipos de sonido y asientos para acompañantes, en la III Carrera de Carruchas del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) se desbordó el ingenio y la creatividad.
Trabajadores y estudiantes del Ivic, junto a familiares y amigos, se dieron cita en la actividad para darle la bienvenida a la Navidad de forma tradicional, rescatando el espíritu característico de esta época del año donde predominan la amistad, el compañerismo y las ganas de pasar un rato agradable.
Los niños y jóvenes dejaron la timidez en casa y capturaron la atención de los participantes, lanzándose repetidas veces en carruchas propias y prestadas, sintiendo la brisa nocturna y la adrenalina derivada de la velocidad. Mientras bajaban por la vía principal entre la entrada y la salida del andén y se devolvían a pie con la carrucha a cuestas, el frío pasó a segundo plano.
Gracias a un telescopio instalado por la Unidad de Divulgación y Socialización de la Física, los aficionados a la astronomía también pudieron apreciar la danza celeste protagonizada por la Luna (en su fase creciente) y el segundo planeta según su distancia al Sol, Venus, quien hizo gala de su luminosidad aprovechando la escasa nubosidad.
Bollitos navideños, chocolate caliente, ponches caseros y otras manifestaciones típicas también se hicieron presentes en el evento, organizado por la Oficina de Desarrollo Comunitario en el marco de los III Juegos Deportivos IVIC 2013.
Quienes no se atrevieron a fabricar sus carruchas, aseguraron que el próximo año sorprenderán con sus ingeniosos modelos automotores. WiFi, limpia parabrisas y ventanas figuraron entre las promesas.
Prensa IVIC / Vanessa Ortiz Piñango