Una carretera de tierra da acceso a la comunidad Las Luces, del municipio Guaicaipuro, donde los habitantes arriban a pie en vista de que el transporte público no cubre la zona por el mal estado de la vía, la cual luce llena de huecos y troneras.
“Tengo cinco años aquí y nunca he visto a ningún ente, municipal o estadal, preocupado por asfaltar la carretera. Queremos una vía decente, porque ya ni las camionetas de transporte se quieren meter para acá”, expresó María Requena, quien agregó que los conductores deben circular con precaución, dado los inmensos cráteres que se han apoderado del camino principal.
Por si fuera poco, el lugar carece de aceras, lo que obliga a los peatones a caminar por una carretera donde las defensas viales y las señalizaciones también brillan por su ausencia.
“Estamos completamente olvidados”, dijo con tristeza Requena, mientras señalaba el calvario que los vecinos enfrentan a diario.
Tapados de monte
No sólo la falta de asfalto mantiene en zozobra a los habitantes de la calle Los Ocumitos de Las Luces, quienes alegan que la maleza que cubre la carretera obstaculiza la visión de los choferes.
Los afectados comentaron que hace más de un año que las cuadrillas de la alcaldía no visitan el sector, por lo que se han organizado para limpiar el sector y aliviar el problema.
“A los de Corpomiranda no se les ve la cara por aquí, ellos limpian sólo por donde pasa la novia, creo que ni siquiera saben que nosotros existimos”, expresó otro de los vecinos.
Azotados por el hampa
“El 14 de diciembre mataron a un muchacho en la puerta de su casa y desde entonces, después de las 6:00 pm, aquí no hay vida. Nadie sale ni a tomar aire”, aseveró Requena al referirse al nivel de inseguridad que aqueja la zona y sus adyacencias.
Asaltos en los negocios de la comunidad, atracos a quienes esperan el transporte público y robos a mano armada a los peatones son sólo una parte de los males que deben sortear quienes sobreviven en Las Luces.
“No importa si es tarde o temprano, nosotros salimos de casa rezando el rosario para no ser víctimas del hampa sin que nadie haga nada al respecto. No creo que trancar las calles solucione nada, a mí también me han robado y tuve que enrejar mi negocio. El trabajo de sembrar conciencia se debe comenzar desde los hogares, con la participación de la familia, pues la problemática se ha acentuado por la pérdida de valores de la sociedad”, indicó otro de los habitantes del sector.
Algunos vecinos aseguran que la policía los visita sólo cuando hay un suceso de grandes magnitudes, pero cuando la cosa se enfría, vuelve a desaparecer.
“Ellos se ponen en la entrada de la comunidad por unos pocos días, porque ni siquiera patrullan. Los malandros nos tienen azotados”, dijo Yolanda Marcano.
Por su parte, los habitantes de los sectores aledaños dicen que los “motomalandros” pasan raqueta en Sant Omero, Vista Hermosa y Las Luces.
Sin ambulatorio
Residentes de la zona claman por un módulo de salud a donde acudir en caso de emergencia, ya que carecen de ambulatorios.
“Cuando necesitamos atención médica tenemos que ir al Centro de Diagnóstico Integral de Los Lagos, al ambulatorio de El Retén o al de La Alcabala, que son los más cercanos que hay. Queremos uno para quienes vivimos aquí”, afirmó Requena.
Servicio de transporte
A pesar de que hay numerosas unidades de transporte público que cubren la ruta, los usuarios aseguran que éstas son insuficientes para solventar la demanda diaria, por lo que muchos bolsillos se desangran pagando taxis para poder llegar a sus destinos.
“Hasta más de 30 minutos se tardan las camionetas en llegar a las paradas, y como hay tanta gente, éstas pasan hasta el tope y pocas veces se paran a recoger más pasajeros”, manifestó Requena.
Pasajeros se quejan del mal servicio que prestan los autobuses, el cual tildaron de “pésimo” e “insuficiente”.
Ronald Gil- [email protected] / @thedaniels21