Crítica es como califican la situación actual de los centros comerciales, donde persiste la escasez de mercancía luego de que los compradores arrasaran con inventarios de tres meses en solo una semana, en el marco de la “arremetida económica” aplicada por el Gobierno al cierre de 2013.
“Abrimos las puertas al público porque es lo que establece la directiva del centro comercial, pero la realidad es que nos queda una veintena de piezas de vestir de tallas extragrandes que nos sobraron de diciembre. No nos surten desde octubre”, refirió Mirna González, quien atiende un comercio de ropa en el centro comercial La Cascada.
La declaración la ofrece al lado de estanterías vacías, mientras en la caja se observa a un aburrido trabajador que revisa sus redes sociales en vez de cumplir su función: cobrar a los clientes.
La escena se repite en 80 % de los locales del centro comercial ubicado en el municipio Carrizal, donde los encargados esperan la reposición de productos. “Nos habían dicho que entre finales de enero y principios de febrero, pero la verdad es que no se ve movimiento alguno y ya la situación es realmente preocupante”, refirió un acongojado Juan Sotelo, encargado de una juguetería donde apenas se dejan ver unos peluches que quedaron “fríos” .
La situación va en concordancia con el pronunciamiento de la directora ejecutiva de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), Claudia Itriago, quien añadió que a la escasez se le suma la problemática de la fijación de alquileres.
Explicó que lo que surgió como una forma de proteger los intereses de los comerciantes se ha convertido en un arma de doble filo porque fijaron Bs. 250.000 por metro cuadrado, cuando anteriormente se pagaba en función de las ventas y precisamente se está pasando por esta crisis en la cual prácticamente no hay ventas pero igual hay que cancelar la tarifa fija de alquiler por concepto de local.
Centros llenos
Pese a que los locales lucen desprovistos de productos, las personas siguen visitando los centros comerciales, sobretodo los fines de semana, “porque se ha convertido en una opción de entretenimiento relativamente económica”, reconoce Lucía Rodríguez, quien este fin de semana recorría La Cascada en compañía de su esposo e hijas.
-Como nunca cargo dinero sino para lo básico no me preocupa demasiado que no haya mercancía más allá de la que ponen en exhibición. Pienso que la gente como yo sigue viniendo porque uno disfruta es del recorrido, de ver las vidrieras. En todo caso nos comemos un heladito y vamos al cine, porque la masa no está para bollo para estar gastando en comida fuera de la casa y mucho menos para ropa.
Otros opinan que el panorama es deprimente. “Empezamos haciendo colas en los supermercados para comprar cosas tan básicas como la harina para la arepa y el papel higiénico y ahora resulta que uno no puede darse ni un gusto porque no hay. No se trata de ser consumista sino de que uno trabaja para de vez en cuando consentirse. Me quería comprar una bermuda para la playa y me quedé con las ganas porque no hay barata ni cara”, refirió Rafael Mendoza, quien también recorría los negocios este fin de semana.
Hay a medias
Pese a que la feria de comida se mantiene full los fines de semana y los días de cobro, la realidad es que la escasez también ha afectado a este sector. “La otra vez fui a mi local favorito de comida rápida y me quedé sorprendida porque no había salsa de tomate, servilletas ni tapas para el refresco. Lo peor es que todo lo están ofreciendo más caro pese a las constantes medidas que anuncia el Gobierno para que la gente pague un precio justo por las cosas”, denunció Javier Guzmán, universitario que visitaba el CC La Casona, en San Antonio de los Altos.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
