¡Naturalmente ricos, artificialmente pobres!

 

 

Las políticas públicas, por medio de estímulos educativos o económicos, dirigidas a personas económicamente activas, deben ser un trampolín que permita abandonar la pobreza y propiciar la sustentación personal y familiar ajena a la dependencia pública

 

Leandro Rodríguez Linárez 

 

El hecho que exista pobreza en Venezuela plantea el mísero nivel de nuestras políticas públicas, de nuestra visión individualista, de nuestros objetivos como nación. Sencillamente los venezolanos no tenemos la menor idea de la bondad del territorio que pisamos, ni del para qué sirven los gobiernos, ni de lo determinante que es la educación y el trabajo.

Sí observamos las riquezas y bellezas naturales existentes nos topamos que ésta es una tierra de incalculables oportunidades donde debería ser mucho más difícil ser pobre que rico, pero nuestra desorientación histórica ha hecho factible no solo la pobreza sino prácticamente inyectarla en nuestros genes.

Los países que hoy día ostentan gran calidad de vida no tienen ni el 10% de las bondades que tenemos, pero han basado su éxito en la educación y el trabajo, cualidades en nuestro país día a día más difícil de abordar porque las dádivas de nuestros gobiernos, a través de furtivas “políticas públicas”, han hecho que el vivir del esfuerzo propio sea cada vez menos requerido.

Las políticas públicas, por medio de estímulos educativos o económicos, dirigidas a personas económicamente activas, deben ser un trampolín que permita abandonar la pobreza y propiciar la sustentación personal y familiar ajena a la dependencia pública. Dichos estímulos deben ser no permanentes en el tiempo, a fin que los beneficiarios se vean obligados extraer provecho; en el caso educativo de graduarse, de obtener una preparación académica que les abra las puertas del crecimiento personal, familiar. En el caso de incentivos económicos aprovechar éste tipo de oportunidades para catapultar habilidades y destrezas, convertirlas en actividades de sustento propio.

Ahora pido por favor lea detenidamente: Aunque suene contradictorio, las políticas públicas de carácter permanente a personas en plenas capacidades y facultades productivas solo debilita el desarrollo integral del país, de sus familias, de los individuos, dicho en criollo; ¿para que alguien con destrezas de carpintería va a trabajar sí mensualmente recibe una “ayuda” económica gubernamental?

Estos son temas álgidos tendentes a la manipulación, nuestros gobiernos se llenan de vanagloria izando el estandarte de una supuesta justicia social, cuando en verdad solo tejen una sociedad débil, dependiente de ayudas gubernamentales, a fin de hacerlas dócil al chantaje electoral ¡solo eso! lo que ha engendrado una pobreza artificial muy difícil de superar, aún y cuando habitemos en un país naturalmente rico.

 

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