Los garrotes propinados a los bolsillos también han sido contundentes, al imponerse una devaluación de 6,30 a 51 bolívares por dólar para muchos rubros, además de las autorizaciones previas de aumentar los precios de alimentos en porcentajes realmente importantes
Eddie A. Ramírez S.
Los inescrupulosos rojos propinaron a los venezolanos y residentes más garrotazos en lo político y en lo económico.
En lo político volvieron añicos a la Constitución contando con la alcahuetería de los magistrados que debían velar por su defensa. Ésta y las próximas generaciones conocerán la historia de la falta de escrúpulos de la Sala Constitucional. Realmente no es nada nuevo. Ya teníamos precedentes de la actitud servil al Ejecutivo de jueces que incluso son o han sido profesores universitarios y que han actuado violando todas las normas del Derecho, pero que con los casos de los alcaldes Scarano y Ceballos superaron sus propias fallas, o mejor dicho sus propias marramucias.
Otro garrotazo político lo dio el capitán reencauchado al destituir manu militari de su investidura de diputada a María Corina Machado, sin tener la autoridad para hacerlo y violando la Constitución y la voluntad popular. Sepa el susodicho que ella no dejará de ser diputada, aunque le impida por la fuerza el derecho a sentarse en su curul.
Por su parte, los paramilitares rojos autorizados por Maduro utilizaron balas en lugar del garrote. Hasta el día 26 de marzo presumiblemente habían asesinado a diez venezolanos contando con el apoyo de la Guardia Nacional que comanda el mayor general Justo Noguera Pietri. Este cuerpo, cuyo honor no se divisa, ha repartido garrotazos a nuestros estudiantes y presumiblemente tiene en su haber al menos dos asesinatos y corresponsable de muchos otros.
Los garrotes propinados a los bolsillos también han sido contundentes, al imponerse una devaluación de 6,30 a 51 bolívares por dólar para muchos rubros, además de las autorizaciones previas de aumentar los precios de alimentos en porcentajes realmente importantes. Esto afectará el poder de compra de los ciudadanos, tanto de los simpatizantes de la cúpula militar-cívico, como de quienes abogamos por una República civil, con división de poderes y respeto a la Constitución, ya todos agobiados por la escasez. Pronto vendrá el aumento de la gasolina para poder seguir importándola, para continuar el regalo de nuestro petróleo a Cuba y comprar la complicidad de otros gobiernos, así como para cubrir las ineficiencias de nuestras refinerías y la abultada nómina de Pdvsa.
Los estudiantes levantaron la bandera de la dignidad. Estos garrotazos no quedarán impunes. Aspiramos que nuestros dirigentes entiendan que el sacrificio de los jóvenes no puede ser en balde. Es hora de construir un pacto político en el que participen los partidos y los gremios laborales, empresariales, profesionales y estudiantiles. Ya está bueno de pensar solo en elecciones.
