Los usuarios del transporte público de la línea encargada de cubrir dicha ruta “pasan las de Caín”, ya que la mayoría asegura que el servicio es totalmente “inservible”, por lo que los llamados “rapiditos” son los únicos que ofrecen un traslado de buena calidad.
“El transporte es malísimo, las camionetas que hay no dan abasto para toda la comunidad, mayormente usamos los rapiditos que trabajan todo el día y cubren la misma ruta. Si no existieran tuviéramos un caso acá”, manifestó María Rodríguez, vecina del sector.
Por su parte, otras personas prefieren irse a pie hasta poder tomar alguna de las unidades y así acceder hasta el centro de la ciudad capital, ya que los pasajeros esperan hasta por más de una hora los carros de la línea de camionetas.
“Particularmente he esperado hora y media un camioneta, hasta que los rapiditos comenzaron a trabajar y el problema se alivió un poco, quizá el mal estado de la carretera influya en el pésimo servicio”, dijo Anderson Moreno.
Vialidad “en jaque”
La vía principal que comunica a los habitantes de la zona con todos y cada uno de los sectores se encuentra totalmente destruida, por lo que numerosos huecos de diferentes tamaños mantienen atiborrada la carpeta asfáltica.
“Para acá no pavimentan desde la época de Pérez Jiménez, no hay ningún ente que venga y repare la carretera, nos tienen completamente olvidados desde hace muchos años”, declaró Rodríguez.
Numerosas fallas de borde y hundimientos tienen en vilo no sólo a los vecinos, sino a las personas que circulan por el lugar, ya sea para visitar a amigos y familiares o trabajar en las líneas del transporte público.
Por tal motivo los habitantes hacen un llamado a las autoridades locales para que se avoquen a la pronta reparación del asfaltado antes que inicie la temporada de lluvias, debido a que muchos tramos corren el riesgo de derrumbarse, pudiendo dejar incomunicadas a un gran número de familias.
8 años sin agua
“Llevamos más de 8 años sin el servicio de agua directa, aquí viven niños que necesitan del vital líquido. El único que nos abastece es el Centro Nacional de Procesados Militares (Cenapromil) dependiendo de la cantidad de agua que tengan en sus tanques”, indicó Rodríguez.
Dicha situación mantiene afectadas a las más de 200 familias que hacen vida en el sector 5 de Ramo Verde.
“Tampoco tenemos gas”
Las amas de casa de la zona dan fe que desde hace más de dos meses el camión perteneciente a Pdvsa-Gas no se ha presentado en la comunidad para poder abastecer a las viviendas de las bombonas correspondientes para poder cocinar.
Las madres deben hacer magia para conseguir el rubro, por lo que deben trasladarse hasta el Centro de Distribución de Los Cerritos para adquirir el producto.
“El camión vienen cuando se acuerda que existimos, de resto no se le ve por acá”, informó Rodríguez.
Llenos de basura
Otro de los camiones que se “desaparece” constantemente es el encargado de recolectar los desechos sólidos de la ciudad, por lo que los vecinos deben arreglárselas para deshacerse de los numerosos vertederos de la zona.
“No sabemos lo que es el aseo, aquí tenemos que quemar la basura para que no se acumule y los gusanos, moscas y ratas no nos invadan. Pedimos que vengan a recoger los desperdicios, porque tienen meses sin venir”.
A pesar que muchos aseguran que la quema de las bolsas no es la mejor solución, ya que se produce una mayor contaminación ambiental, expresan que no tienen otra solución hasta que la Alcaldía de Guaicaipuro retome nuevamente la ruta.
Una “boca de lobo”
El sector 5 carece completamente de alumbrado público, pese a los diversos llamados que han hecho sus habitantes a la empresa Corpoelec, esta aún no se ha apersonado en la comunidad para resolver la problemática.
Sumado a ello, los maleantes aprovechan para hacer de las suyas pasando desapercibidos por los vecinos y transeúntes del lugar, quienes son las principales víctimas de atracos y robos.
Inseguridad a mil
Los vecinos de la zona manifiestan que a pesar que Polimiranda realiza diariamente el patrullaje por el lugar, enfrentan “inseguridad como arroz”, motivo por el cual deben estar “con cuatro ojos” para no se víctimas fáciles del hampa.
Sumado a ello, la localidad no cuenta con áreas deportivas, ni parques de bolsillo, por lo que el menor de edad herido de bala por efectivos de la GNB se encontraba volando papagayo en uno de los lugares boscosas del sector.
Ronald Gil- [email protected] / @thedaniels21