A un mes de su partida, la Colección Bibliográfica Contemporánea, le rinde un merecido homenaje, mostrando al público en general, diversas piezas de este insigne representante del “Boom” latinoamericano
El Gabo llegó a nuestro país para quedarse. Fue un gran amigo de Venezuela y de los venezolanos; hechos fortuitos lo trajeron a estas tierras en diciembre de 1957, cuando era un simple reportero, y de aquí no lo dejamos ir más.
“El cuerpo humano no está hecho para los años que uno podría vivir”; esa frase publicada en “Del amor y otros demonios”, fue una suerte de premonición de que “El Gabo” viviría para siempre; y así será a través de sus textos periodísticos, sus obras literarias, documentales y fotografías, muchos de los cuales se preservan en la Biblioteca Nacional de Venezuela.
A un mes de su partida, la Colección Bibliográfica Contemporánea, le rinde un merecido homenaje, mostrando al público en general, diversas piezas de este insigne representante del “Boom” latinoamericano, el tercero en recibir el Nobel de Literatura y el segundo en recibir el Premio Rómulo Gallegos, por su novela “Cien años de soledad”. Libros, textos periodísticos, fotos y discursos, se pueden apreciar a partir de hoy y hasta finales de junio, en su sala de consulta.
Rebeca Cuenca, jefa de dicha colección expresó: “Con esta pequeña pero muy sentida exposición, la Biblioteca Nacional se une al homenaje póstumo que se está haciendo internacionalmente a un gran representante de las letras latinoamericanas, en ese sentido hemos querido destacar algunos artículos de prensa que Gabriel García Márquez escribió cuando estuvo en Venezuela, y trabajó como reportero de las Revistas Elite, Momento y fue editor de Venezuela Gráfica”.
Más allá del escritor laureado, Cuenca insistió en que habían tratado de presentarlo en sus diferentes facetas; ya que siempre se mostró como una persona sencilla y humilde, que durante su estadía en nuestro país se sintió como un venezolano más; que a través de su literatura reflejó siempre la realidad de nuestros pueblos y reconoció nuestros valores de identidad. Y así mismo lo presentó el Comandante Eterno Hugo Chávez, a través de una de sus tantas anécdotas que se recogen en los Cuentos del arañero.