El lunes pasado la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) suspendió las conversaciones que tenía con el gobierno para llegar a acuerdos mínimos de gobernabilidad ante la grave crisis política, social y económica por la que atraviesa el país. Era una reacción esperada porque el gobierno nacional la estaba dejando en ridículo y las reuniones se habían convertido en una mamadera de gallo al no presentar resultados concretos y, además, la opinión pública estaba castigando a la alianza unitaria porque a ratos lucía como los músicos del Titanic ante la displicencia gubernamental.
El gobierno no ha cumplido con ninguna de las exigencias que le ha hecho la MUD durante el mes de estar sentados en la misma mesa, y más bien pareciera que fue una treta estratégica para ganar tiempo y lograr la legitimación del régimen por las constantes violaciones de los Derechos Humanos en las que ha incurrido desde el pasado 12 de febrero contra las manifestaciones estudiantiles y de ciudadanos que no han salido de las calles, protestando por la situación general de Venezuela.
El sector representado en la alternativa democrática le planteó al gobierno la incorporación del movimiento estudiantil a la mesa de diálogo, le presento un proyecto de Ley de Amnistía General para liberar a los presos políticos y le envió una lista completa de ellos, le propuso la constitución de una comisión médica especial para evaluar la enfermedad de Simonovis, y le sugirió que se creara una Comisión de la Verdad amplia y transparente para investigar los excesos de la fuerza policial y militar contra los manifestantes; y además, le hizo una solicitud formal para que la Comisión de la Unión Parlamentaria Mundial visitara el país y pudiera constatar in situ las denuncias sobre violación a los Derechos Humanos y le presentó un proyecto de pacificación nacional, especialmente de los colectivos armados; y ninguno de estos requerimientos fueron atendidos.
Lo esperado es que esta suspensión del diálogo que decidió la MUD unilateralmente sea temporal y que, de retomarse, haya resultados concretos e inmediatos que ameriten una actitud más responsable por parte del gobierno nacional y que marque una nueva etapa de mayor respeto y transparencia que pueda generar la confianza necesaria en toda la nación.
UN SANTO EN APUROS. Las elecciones presidenciales de Colombia serán este 25 de mayo y todo parece indicar que habrá una segunda vuelta electoral porque ninguno de los cinco candidatos postulados cuenta con el apoyo del más del 50% de los votos exigidos por la ley en la primera vuelta. El actual Presidente, Juan Manuel Santos, con seguridad pasará a la segunda ronda electoral del 15 de junio próximo, pero no hay garantía de que se reelija, porque ha sido el principal afectado por las denuncias sobre la influencia del narcotráfico en el sistema político colombiano. La narcopolítica se metió en la campaña electoral y será un factor determinante en los resultados de la primera y la segunda vuelta. El escándalo con el asesor electoral J.J Rendón, que habría recibido 12 millones de dólares para diligenciar trato especial con narcotraficantes, es apenas la punta del iceberg de un entramado que involucra a políticos, guerrillas y paramilitares y que tiene vinculaciones con países vecinos. Según las encuestas, la segunda ronda sería entre Santos y el candidato del uribismo, Oscar Iván Zuluaga, pero no hay que descartar a Enríque Peñalosa que viene duro en la recta final. Por cierto que la Asamblea Nacional venezolana abrió un debate sobre la influencia de la narcopolítica colombiana en estos lares. Estoy de acuerdo con esa iniciativa, pero para creerla quiero ver que desempolven el caso de Walid Makled, que lo cuarentearon misteriosamente porque podría salpicar a altos funcionarios del gobierno, militares y civiles.
MARQUINA. El lunes pasado el periodista José Martínez Natera entrevistó a Alfonso Marquina en el programa Frente a Frente, que transmite Miratv a las 7 a.m; y ante una pregunta de un televidente sobre su aspiración de ir a la reelección nominal por el circuito de los altos mirandinos para las próximas parlamentarias del 2.015, el diputado no dudó en afirmar que pondría su nombre a la disposición del electorado de nuevo. En las elecciones parlamentarias del 2.010, Marquina, postulado por La Unidad, le dio una soberana paliza electoral a la candidata del Gran Polo Patriótico Aurora Morales en los tres municipios de este circuito, con 112.595 votos a 66.515. (la diferencia fue de 46.080 votos. 62.86% contra 37.13%). Esta zona de Miranda es considerada un “lomito electoral” por la alternativa democrática por su alto perfil opositor, y con el reciente cambio de Marquina de Un Nuevo Tiempo a Primero Justicia las cosas no les serán tan fáciles porque el partido azul lo va a solicitar para un candidato propio; y en eso mismo anda el resto de los factores integrantes de la Mud. Falta tiempo para esa definición candidatural, pero lo esperado es que haya elecciones primarias y que sea el pueblo demócrata el que decida quién lo represente.
EL MUNICIPIO IMAGINARIO. Si yo fuese el alcalde recién electo de un municipio imaginario llamado “Guaicamapuro” y al asumir el cargo me percato de que el sistema de recaudación de los impuestos tiene serias fallas en su funcionamiento que han generado que los ingresos propios apenas representen el 60% de los casi 400 millones del presupuesto total, cuando en los dos municipios vecinos alcanza al 80% por el mismo concepto con una base impositiva menor; pero además, detecto que la Dirección de Hacienda Municipal está emitiendo constancias de solvencias chimbas a muchos de los grandes contribuyentes por montos infinitamente inferiores a los reales; lo primero que haría sería ordenar una exhaustiva investigación al sistema de recaudación, y si compruebo que hay irregularidades, intervengo esta Dirección para determinar quiénes han sido y son los responsables del desangramiento financiero del municipio y los pongo a la orden de la justicia. De lograr el saneamiento de este desaguadero, tendría más recursos para revertirlos en servicios públicos porque en este municipio imaginario mis camaradas ex alcaldes dilapidaron más de 2 billones de bolívares de los viejos y no tenemos una obra física de envergadura que haya sido financiada con recursos propios.
Sergio Graffe