Las primeras lecturas que han dado los voceros oficiales del gobierno y del Gran Polo Patriótico (GPP) sobre los recientes resultados electorales en San Cristóbal (Táchira) y en San Diego (Carabobo), ha sido “ligeras, simplistas y erradas” según el politologo Sergio Graffe, porque no profundizan el análisisen los propios resultados, en las circunstancias en que sucedieron y en el impacto político que generaron en el país.
Asegura que afirmar, como lo hizo el alcalde metropolitano de Caracas y directivo nacional del Psuv, Jorge Rodríguez, que “son municipios que el GGP daba por perdidos, dada su historia electoral a favor de la oposición” o que “la oposición reconoce al CNE cuando sus candidatos ganan una elección” no es suficiente para explicar la importancia política de estos resultados y tratan de solapar la relación entre las protestas y el comportamiento electoral de los venezolanos. “El análisis debe ser cuantitativo y cualitativo para que sea completo”.
Desde el punto estrictamente numérico, los 88.991 votos con los que fue electa Patricia de Ceballos el pasado domingo, representan 6.197 votos más que los 82.794 que obtuvo su esposo Daniel Ceballos hace apenas seis meses, en las elecciones del pasado 8 de diciembre; pero lo más significativo es que el porcentaje de apoyo a la alianza opositora subió de 67.67% a 73.6% (5.9 puntos más); y por el contrario, el candidato del GGP bajó su votación respecto a la última elección en 5.104 votos porque de 35.991 votos pasó a 30.887 (de 29.42% llegó a 25.54%).
-Pero cuando se introduce la variable de la abstención electoral, a pesar de ser una elección aislada apenas fue 1.43 puntos menos que en las municipales de diciembre que fue en todo el país, lo que podría implicar que con un nivel de participación casi igual o el votante oficialista se abstuvo de votar y aumentó la del votante opositor o hasta los oficialistas votaron por Patricia de Ceballos. La diferencia numérica de la candidata de La Unidad respecto a Alejandro Méndez, del GGP, fue de 58.104 votos (88.991 a 30.887) y de 48.06 puntos porcentuales (73.6% a 25.54%).
En el caso de San Diego el análisis cuantitativo es similar al de San Cristóbal, pero los números son más resaltantes porque Vicencio “Enzo” Scarano acababa de obtener 29.665 votos en diciembre y su esposa Rosa de Scarano fue electa con 33.910, lo que significa un astronómico 87.74% contra un 11.57% de Alexis Abreu, del GGP, que sacó 4.473 votos.
“Es decir que Rosa de Scarano subió la votación respecto a su esposo en 4.245 votos y de 75.24% paso a 87.74%; y Abreu bajo de los 7.104 votos que había sacado su camarada Rigoberto Oropeza a 4.473, lo que implica que perdió 2.631 votos en apenas seis meses. En términos absolutos, la candidata de La Unidad sacó 29.437 votos más que el candidato del GPP (33.910 a 4.473), con una diferencia porcentual de 76.17% (87.74% a 11.57%)”, detalló.
Sin embargo, el análisis cualitativo coloca estas cifras en un plano distinto por lo que significa no sólo para los dos municipios sino para todo el país, porque a pesar de la campaña comunicacional del gobierno para satanizar “las guarimbas” al presentar encuestas con un supuesto rechazo del 90% en San Cristóbal y San Diego, la respuesta de los electores fue contraria a esta estrategia gubernamental, como lo prueban los resultados electorales. “Esa conducta electoral tiene dos lecturas inmediatas, porque o no es verdad ese nivel de rechazo a las manifestaciones de calle o fue `un voto castigo ´por lo desproporcionado en la represión contra ellas y contra las acciones judiciales que destituyeron y encarcelaron a Daniel Ceballos y a Enzo Scarano”.
Además, aunque no se pueden extrapolar estos resultados a todo el país, es una realidad que sucedieron en un escenario nacional de mucha crisis económica, política y social; “y se podrían interpretar como un rechazo firme a las políticas públicas de Nicolás Maduro, lo que incidiría en los resultados de una elección de carácter nacional, como las parlamentarias del 2.015; y podrían ser un `campanazo de cómo la opinión nacional está evaluando al gobierno”.´
Una lectura adicional lo representa el alto nivel de participación electoral en unas elecciones aisladas en dos municipios que son considerados los más “guarimberos” del país, y que cuando la participación es masiva es poco lo que puede hacer el CNE para revertir los resultados. “Los electores de esas poblaciones demostraron que no hay trampa que valga cuando se vota como lo hicieron ellos, de forma decidida y masivamente”.
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo