La película se estrena el 26 de septiembre en EE.UU., donde aspira a encontrar una masa crítica de público que permita dar continuidad a la misteriosa historia del personaje principal, McCall
La interpretación de Washington sostiene la intensidad de un filme con un argumento previsible y un final cerrado, donde el único cabo suelto es la identidad de McCall, una cuestión que a buen seguro se abordará en la secuela en la que ya trabaja el guionista Richard Wenk, en caso de que finalmente funcione en taquilla.
Denzel Washington, ganador de dos Óscar, se transforma en un indómito justiciero urbano para dar vida al protagonista de «The Equalizer», «thriller» en el que el actor se reencuentra con el director Antoine Fuqua («Training Day»).
La película se estrena el 26 de septiembre en EE.UU., donde aspira a encontrar una masa crítica de público que permita dar continuidad a la misteriosa historia del personaje principal, McCall, un hombre que intenta pasar desapercibido hasta que las circunstancias le empujan a descubrir que es una máquina de matar.
«Él está tratando de mantener el pasado en el pasado, quiere ser normal, encajar. Creo que tiene miedo de lo que es realmente, y está esforzándose por no ser esa persona. Esto le funciona por un tiempo», comentó Washington en una entrevista telefónica con Efe.
La interpretación de Washington sostiene la intensidad de un filme con un argumento previsible y un final cerrado, donde el único cabo suelto es la identidad de McCall, una cuestión que a buen seguro se abordará en la secuela en la que ya trabaja el guionista Richard Wenk, en caso de que finalmente funcione en taquilla.
«The Equalizer» tiene su premisa en una serie de televisión de la década de 1980 en la que el protagonista tomaba partido a favor de los indefensos y jugaba el papel de héroe, aunque el largometraje tiene su propia identidad.
McCall (Washington), un empleado de unos almacenes de bricolaje, entabla relación amistosa con una joven (Chlöe Grace Moretz) que vive sometida al violento control de la mafia rusa. Tras una serie de abusos, el hombre decide ayudar a la chica cueste lo que cueste.
«No hay nada de superhumano en lo que él hace», explicó Fuqua también en entrevista telefónica con Efe, al indicar que sus habilidades de lucha se basan en las que poseen unidades de operaciones especiales muy bien entrenadas.
«Es más ciencia que ciencia ficción. Hay gente que hace esto para el Gobierno como forma de vida», señaló el director.
El director explicó que «parte (de los preparativos de la cinta) fue también hablar con médicos sobre qué pasa con ciertos tipos de personas antes de un momento de violencia. La idea de que las pupilas se dilatan, el ritmo cardiaco baja y todo es más calculado para esos individuos que tienen ese don».
EFE