En sus palabras finales, incidió en esos aspectos, instó a los electores a “reflexionar sobre esas cuestiones” y pidió al país que “vaya a votar con conciencia, paz y amor en el corazón”
La presidenta brasileña y aspirante a la reelección, Dilma Rousseff, concluyó ayer su propaganda en televisión para las elecciones del domingo y ofreció al país un “Gobierno nuevo con ideas nuevas”, para “mantener lo bueno” y “cambiar lo malo”.
Rousseff aprovechó sus doce minutos gratuitos en las pantallas para hacer un largo repaso de lo realizado durante su gestión, que comenzó el 1 de enero de 2011, pero también para destacar todos los avances sociales experimentados por el país durante los ocho años que gobernó su antecesor y mentor, Luiz Inácio Lula da Silva.
El expresidente, uno de los políticos más carismáticos del país, también surgió en el espacio de Rousseff para insistir
en que su segundo mandato “fue mucho mejor que el primero” y expresar su “más absoluta convicción” de que “así será con Dilma”.
Lula apareció incluso en una conversación presentada como “entre amigos” con Rousseff, ambos sentados en el banco de una plaza, y destacando que “Brasil ha mejorado” y que “eso es lo que hay que defender” en las elecciones del próximo domingo.
Sin citar a Marina Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) y principal amenaza para la reelección de la actual mandataria, según todas las encuestas, Rousseff volvió a censurar la “nueva política” que ofrece la ecologista.
“Hay candidatos que ofrecen algo nuevo, pero no dicen realmente qué van a hacer, no tienen propuestas concretas y lo único concreto que ofrecen es continuar con lo que se está haciendo”, dijo Rousseff en alusión a los vastos programas sociales de su Gobierno, que todos los otros candidatos prometen mantener.
Pero insistió en que su eventual segundo mandato se resumirá en la frase “Gobierno nuevo con ideas nuevas”, con renovados planes para mejorar la salud, la seguridad, la educación, la generación de empleo, reducir la burocracia y endurecer combate a la corrupción.
“Es necesario mantener y ampliar todas las conquistas y corregir lo que es necesario”, pero “eso será mucho más fácil para mí”, dijo la mandataria, quien según los sondeos ganará el domingo pero sin superar el preceptivo 50 %, por lo que disputaría una segunda vuelta frente a Marina Silva, en la que también se impondría.
Rousseff pidió a los electores que el domingo, antes de votar, se pregunten “quién tiene más experiencia, quién tiene fuerza y apoyo político, quién tiene compromiso con los trabajadores, quién aumentó el empleo y los salarios en medio de la peor crisis global”.
Con la conclusión de los espacios de propaganda en televisión y radio, la campaña electoral seguirá en las calles hasta el sábado, un día antes de que 142 millones de brasileños acudan a las urnas.
Rousseff, Silva y el socialdemócrata Aécio Neves, los tres principales aspirantes a la presidencia, se verán las caras esta misma noche en el último debate televisado de la campaña, en el que participarán también otros cuatro candidatos cuya intención de voto, en conjunto, no supera el 2 %.
EFE