En reiteradas oportunidades hemos visto al presidente Nicolás Maduro envalentonado insultando y amenazando a los Estados Unidos en alocuciones públicas, fanfarroneando sobre sus ganas de romper relaciones con el principal comprador de crudo venezolano. Pero esto no se ha traducido en acciones reales que afecten al gigante norteamericano y nos coloque en una posición favorable o de menor dependencia ante las políticas generadas desde Washington.
En su defecto, las decisiones económicas del régimen han fortalecido a Estados Unidos, lo que quedó claro en el denominado “Discurso de la Unión ” que anualmente hacen los presidentes norteamericanos como una suerte de Memoria y Cuenta en la que prevalecen las perspectivas de futuro más que elementos pasados, donde Barack Obama centró sus palabras en el hecho de que han podido librarse del yugo petrolero venezolano al señalar: “Por primera vez estamos libres del grillete del petróleo extranjero”. Naturalmente, esto es un fuerte golpe a una Venezuela con el aparato productivo destruido y en necesidad de importar más del 80% de lo que consumimos.
Nuestro carácter monoproductor de petróleo hace que las decisiones de otros países repercutan directamente en nuestra economía. En otras palabras, somos cada vez más dependientes de los vaivenes del sistema financiero internacional. Esta carencia de soberanía ubica en un nivel muy bajo nuestras posibilidades de influir en áreas estratégicas del comercio mundial. Si bien Hugo Chávez pudo hacerlo en algún momento, se debió a la fortaleza del precio petrolero en aquel momento debido a las guerras y que Norteamérica aun no producía en masa el petróleo extraído mediante el sistema de esquistos o fracking.
Es por ello que el pueblo chavista debe quitarse la careta y dejar de aplaudir la farsa antimperialista, porque no existe más allá del show en tarima.
Ahora mismo necesitamos sincerar las relaciones con el Norte, es cierto, y por ello Maduro propone reiniciar diálogos a través de la mediación de organismos latinoamericanos como la Celac y Unasur, representando de esa forma debilidad en relación con los demás países de la región. Incapaz de plantarse frente a frente contra quien supuestamente lo agrede constantemente y por ello cual pusilámine altanero salé corriendo buscando padrinos.
Nicolás Maduro no es capaz de hablarle en la cara al gobierno gringo, sino que busca escudarse tras la solapa de otros entes, aun cuando el propio presidente Obama ha conminado a reanudar las conversaciones de manera bilateral, sin intermediarios.
Son tiempos en los que la demagogia debe quedarse a un lado y el bien de Venezuela prevalecer, de modo que podamos encarar a los Estados Unidos en un dialogo diáfano que permita mejorar las relaciones comerciales tan necesarias en estos tiempos de escasez y desabastecimiento.
El decreto neonazi de Maduro.- Nuestros lectores han inundado el correo de mensajes ante la preocupación generada por el decreto del Ministerio de Defensa que autoriza el uso de armas mortales en el control de manifestaciones públicas por parte de efectivos militares. Varias de las propuestas que nos hacen giran en torno a crear una mancomunidad de fuerzas que incluya diversos factores de la sociedad, como expertos, políticos, militares retirados, abogados y el pueblo en general para propugnar su derogación. Claro que sí, vamos a hacerlo, pues no solamente se trata de una norma absurda, con características eminentemente neonazis, sino que es violatoria de la Constitución Nacional y del único derecho humano que es absoluto, como los es el derecho a la vida. Encuentra además el rechazo de sus propios seguidores, quienes podrían sufrir también las consecuencias de esta locura cuando por algún motivo sientan la necesidad de reclamar sus derechos en la calle, por eso convocamos al pueblo chavista para que se sume a la lucha contra tal decreto.
Golpistas cara e’ tablas.- Resulta ilógico, irónico y hasta cierto punto cínico, que un Régimen cuya génesis radica en un fallido golpe de Estado contra un Gobierno legítimo y democrático, y que pretende conmemorarlo cual fecha patria, se la pase señalando a sus adversarios políticos nacionales y a autoridades gubernamentales de otras naciones democráticas de golpistas y conspiradores.
El pasado 4-F nuevamente vimos como en cadena nacional Maduro y sus adláteres hicieron apología con bombos y platillos de la fallida intentona golpista de la que Hugo Chávez asumió la responsabilidad y en al que los militares rebelados bajo su mando intentaron ingresar a punta de tanquetas y fusiles en el Palacio de Miraflores y La Casona para asesinar al entonces presidente Pérez y su familia. De verdad que hay que tener la cara de mármol.
Clara Mirabal @claramirabal