En zozobra viven los habitantes de la calle Ramón Vicente Tovar de Santa Eulalia, por la constante presencia a toda hora de motorizados en la zona, que se la pasan robando al primero que se le atraviese.
Jhonny Rojas, habitante del sector manifestó que la ordenanza 027 que regula el horario de circulación de los motorizados hasta cierta hora de la noche, quedó sólo en papel, pues el ruido de las piruetas en motos, las constantes detonaciones que se escuchan y los consecuentes rumores de robos, tienen meses perturbando su tranquilidad.
Tanta es la inseguridad que reina en el sector Santa Eulalia, que el ruido de una moto ya es sinónimo de robo y es que hasta se podría decir que en Santa Eulalia, mínimo roban a 7 personas por semana, es decir 1 por día.
La carencia de agua por tuberías también los ha llevado a tomar las calles en varias oportunidades, pues aseguran que si no trancan no les responden con el servicio “nada menos en días pasados muchos vecinos se vieron obligados a trancar las calles, el servicio de agua aquí es deficiente y se va sin previo aviso, aquí llega el agua un día si y cuatro no y esos 4 a veces se multiplican por dos ó más”.
¿Hidrocapital hasta cuando los botes de agua?
Rojas destacó que uno de los principales motivos de que falle el agua en el sector es que existen muchos botes de aguas negras y aunque el personal de Hidrocapital está al tanto de los mimos prefiere hacerse de la vista gorda, similar caso es de Nahilce Padilla, habitante del sector El Tanque de Santa Eulalia, quien una vez más reiteró el llamado a Hidrocapital a que arreglen un bote de aguas que tiene más de 2 meses botándose en el patio de su casa y ya se encuentra debilitando el muro de contención de su vivienda.
Nahilce Padilla narró “la primera vez que formule la denuncia acudieron a mi casa y reubicaron el tubo, pero el bote de agua siguió, son litros y litros de agua los que se pierden diariamente y obviamente está afectando a la comunidad porque al bajar la presión del agua, no les llega a las personas que viven en la parte alta, el remedio como que fue más fuerte que la enfermedad, porque ahora que reubicaron el tubo, cada día bota más, le volví a notificar la situación a las cuadrillas de Hidrocapital y me dijeron que no podían ir, porque eso no era prioridad, entonces ya no sé a dónde acudir”
Padilla continúo “lo que preocupa es que el constante bote de agua está socavando el muro de mi casa y no sólo eso, sino también la carretera de la vía principal, entonces la pregunta es ¿será que arreglar el tubo de agua será prioridad cuando se caiga el muro de contención y se debilite aún más la carretera?
Vialidad precaria
Las condiciones de la vialidad también son motivo de dolor de cabeza para todos los habitantes y conductores de Santa Eulalia, Jhonny Rojas enfatizó “aquí nunca ha llegado el plan bacheo, ya la palabra hueco queda grande, hay tramos que parecen que los fuesen perforado, allí han caído carros y motos que de una vez se les explotan los cauchos y sin manera de poder estar esquivando tanto, porque de por sí esta vía es un poco angosta, pero se hacen llamados, se pasan cartas a los entes correspondientes y nada que recibimos respuestas”
“Cuando llega el invierno es peor porque todas las alcantarillas están tapadas de tierra y basura y en su mayoría están a desnivel con el poco asfaltado que queda”
Niños a jugar en la calle
Los entrevistados destacaron que en el sector, no existen espacios deportivos y mucho menos recreativos “los niños tienen que agarrar la calle para jugar pelota, que es un peligro porque constantemente están pasando los carros, a ellos les toca agarrar las zonas tranquilas para jugar de a ratitos, a pesar de ser una comunidad tan grande no contamos ni con una cancha”
Transporte a medias
Las deficiencias en el asfaltado no se quedan allí y es que arrastran consigo el problema del transporte “aquí trabajan son jeeps, pero muy pocos y ya a las 6:00 de la tarde es raro ver uno, primero que la vialidad está intransitable y rapidito se come los carros es más lo que tienen que gastar en repuestos que lo que ganan cubriendo la ruta y sí por suerte no se les daña nada, entonces los roban, por lo que son pocos los que quedan, la mayoría de las veces nos toca caminar hasta la entrada principal, encomendándonos a dios, porque aquí no hay seguridad y los robos están a la orden del día”, agregó Francisco Azuaje.
Karla Tovar
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