“Definitivamente los pobres no pegamos una”, se quejó Margarita Alonso al abordar una unidad en San Antonio de Los Altos y recibir un llamado de atención del conductor que de manera brusca le indicaba que le faltaban seis bolívares para completar la nueva tarifa de pasaje.
–Debemos lidiar con las colas en las afueras de los supermercados, la escasez de productos básicos, la inflación que causa estragos diarios y de paso los fulanos aumentos de pasaje acordados por el Gobierno, dos anuales. No me quiero imaginar cómo se pondrá la situación cuando aprueben el aumento de la gasolina: todo subirá exponencialmente. El país se nos está escapando de las manos y lo que hacemos como respuesta es ceder pasivamente ante cada nuevo abuso.
Como este testimonio abundaron este martes en los Altos Mirandinos. “En las rutas más cortas de Los Teques donde todavía pagamos Bs. 8,5 quieren aumentar a 15 de un solo golpe; eso es un atropello porque las unidades siguen en condiciones deplorables”, argumentó Marina Rodríguez, habitante de la urbanización La Quinta, quien agregó que antes de subir las tarifas deben garantizar que toda la flota esté en óptimas condiciones.
–Lo peor es que cada día la calidad del servicio es peor porque como no hay repuestos para vehículos muchos autobuses están parados, lo que redunda en mayores tiempo de espera en las paradas.
Hablan choferes
Mientras los usuarios reajustan su presupuesto para sobrellevar la nueva carga impactando lo menos posible el resto de sus compromisos, los profesionales del volante también fijan posición.
“Nada de lo que hacemos es por las malas. Todo es previamente conversado, consensuado y aprobado por las autoridades que son las que dan la última palabra, por lo que pedimos a nuestros pasajeros que bajen los niveles de agresividad”, exhortó Jorge Meléndez, quien diariamente recorre en al menos cinco oportunidades la ruta Los Teques – San Antonio y viceversa.
–Para nadie es un secreto lo difícil que se ha vuelto hallar un caucho; eso sin hablar de los altos costos que hay que cancelar una vez que ubican el repuesto. Incluso conseguir un aceite de motor se ha convertido en una pesadilla, por lo que diariamente hay que rezarle a Dios para que todo funcione perfectamente y evitar hasta la medida de lo posible parar la unidad porque eso es pérdida, y así como a quienes trasladamos tienen una familia que alimentar, nosotros también y los ajustes que hacen de broma nos permiten mantener en funcionamiento los carros, muchos bastante viejos.
Igualmente, los conductores refieren que diariamente están expuestos a los ataques del hampa. “Lo que es la ruta Caracas – Los Teques y San Antonio – Los Teques son blanco diario de la inseguridad y los choferes también llevamos nuestra cuota de susto pese a todas las medidas preventivas que tomamos para resguardar nuestra integridad y la de las personas que trasladamos”, precisó el entrevistado.
Como agua entre las manos
Pese a los esfuerzos de las personas para rendir la quincena, la realidad es que el salario mínimo se va como agua entre las manos. “Me llevo desde la comida pasando por el jugo y hasta la galleta que voy a merendar para no gastar ni un centavo en la calle y aún así la plata no me alcanza. Solo en un mini mercado semanal para dos personas se me van 4 mil bolívares, estoy hablándote de Bs. 16 mil mensual”, confesó Daniela Jaspe, vecina de Lagunetica.
–No sé cómo sobreviven familias de hasta cinco personas con una sola persona devengando sueldo mínimo. Eso no alcanza para la comida y menos para cubrir el transporte, sobretodo si se trata de una persona que no tiene carro y debe cancelar al menos cuatro pasajes diarios entre ir y retornar de buscar a su hijo en la escuela. El Gobierno debe trabajar arduamente para estabilizar los precios y congelarlos porque estamos trabajando para comer.
Pese a las quejas, este es el primer aumento del año. Se espera otro incremento de 20 % a partir del primero de agosto.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl