Este Domingo de Resurrección diferentes comunidades se unieron a la tradicional quema de Judas en varios sectores de los Altos Mirandinos.
Se trata de una tradición ancestral que tiene un gran significado simbólico para los venezolanos, pues a través de este recurso el pueblo expresa su sentir y sus descontentos hacia todas las injusticias con relación a temas políticos, económicos y sociales.
“Simbólicamente, la quema de Judas significa un nuevo comienzo, finaliza la Cuaresma para poder resucitar el próximo año”, explicó Paúl Renzo, creyente de esta tradición.
El Judas es, por lo general, un muñeco de cuerpo entero vestido con zapatos y trajes usados, lentes, guantes y todo tipo de accesorios que la comunidad que lo viste considere que deba tener.
La ceremonia de la quema de Judas comienza con la identificación del personaje que, por sus acciones traicioneras, debe ser considerado como el Judas; una vez escogido la comunidad redacta una especie de testamento donde resume la vida de esta persona y por qué sus acciones hacen que merezca ser quemado.
Momentos antes de su quema, el muñeco que generalmente lleva rasgos que lo asemejan a la persona a la que se hace alusión, es paseado por la comunidad para que todos sepan de sus faltas y su castigo; una vez hecho el recorrido el Judas es ahorcado y prendido en fuego a la vista de todos.
Se cree que el primer Judas quemado en Caracas data del año 1801, sin embargo se desconoce a quién representaba dicho personaje. Lo cierto es que se trata de una tradición vigente en muchos estados de nuestro país, donde se suele relacionar al Judas con los políticos de turno.
Como dato curioso, este Domingo de Resurrección se quemaron dos tipos de Judas distinto en la capital Mirandino: en la plaza Danilo Anderson se quemó a Obama, en San Pedro el Judas quemado correspondió a Francisco Garcés, mientras que en Lagunetica el Judas fue el actual presidente Nicolás Maduro./ZA
