Ramo Verde, San Pedro, El Barbecho y Lagunetica son cuatro de las más de veinte comunidades de la capital mirandina que padecen la escasez de agua desde hace quince días. “Todo el año ha estado irregular el servicio pero estas últimas dos semanas la situación se ha vuelto caótica”, denunció Jonny Maldonado, residente de Ramo Verde, donde un día normal se ha vuelto una pesadilla por la falta de suministro.
–En mi casa vivimos tres niños y dos adultos. Esta semana los chamos han faltado tres días a clases porque los uniformes están sucios y ya se nos acabó la reserva; nos queda solo un pote con agua que nos alcanzará para cepillarnos los dientes. Algunos dirán que sería muy fácil resolver yendo a cualquier panadería para comprar un envase de agua de cinco litros, pero por la escasez de envases de plástico hallar este producto se ha convertido en un viacrucis.
Además de la faena de higiene personal y limpieza del hogar, hacer algo tan básico como cocinar se ha vuelto tarea titánica. “Para preparar ensalada hay que lavar los vegetales; si voy a montar arroz o pasta necesito agua, básicamente no se puede hacer nada sin ella y el presupuesto no da como para comer en la calle, más cuando se habla de cinco bocas (…) Hemos hecho varios llamados a representantes de Hidrocapital pero la respuesta ha sido el silencio”, agregó el trabajador que destinó sus dos días libres que le corresponden por laborar los fines de semana a buscar junto a sus vecinos la manera de solventar, al menos de manera temporal, la problemática.
–La solución más viable es contratando un camión cisterna pero ya el servicio más barato lo están ofreciendo por 4.200 bolívares y hay varios habitantes que alegan no tener dinero para aportar, pero después los ves con el tobito haciendo la cola para llevarse algo de agua.
En cuanto a las causas de la escasez, los moradores de las zonas afectadas especulan. “Desde la falta de planificación de urbanismos, pasando por las invasiones, las tuberías de vieja data y/o rotas, hasta la sequía producto de las altas temperaturas atentan contra lo que es un derecho ciudadano”, dijo Roberto Carvajal, quien suele ir a casa de su madre en El Trigo cargado de potes que llena de agua para poder asearse e ir a trabajar.
“Creo que no hay situación más incómoda que no tener agua (…) En El Tigrito la situación es crítica. Sé de urbanizaciones donde también racionan el agua, como es el caso de los edificios del conjunto residencial Lagunetica; la diferencia es que como tienen horarios y días, ellos pueden planificar y guardar, en el caso de quienes prácticamente vivimos en la montaña, simplemente un día deja de llegar el agua y no se sabe ni por qué se va ni cuándo llegará”.
Sin dinero para tanque
Comprar un tanque sería la siguiente alternativa pero tampoco es la más viable en estos tiempos. “En primer lugar los costos se han disparado y hay que contar mínimo con 20 mil bolívares no tanto por el tanque sino por la bomba; en caso de que hagas el esfuerzo económico, entonces te toca respirar profundo y caminar bastante porque no hay disponibilidad del producto en los Altos Mirandinos”, explicó Sergio Flores, vecino de La Fosforera, donde también presentan fallas con el suministro.
–Yo tuve que ir a Maracay para comprar el tanque. El año pasado cuando pregunté el precio del tanque y la bomba estaba en Bs. 9 mil; fui la semana pasada y pagué más del doble por exactamente lo mismo. Tragué grueso pero pagué pensando que con eso se acabaría mi tormento, pero la realidad es que el agua llega con tan poca fuerza que ni el tanque se llena.
Ingeniándoselas
Mientras algunas personas optan por ponerse en modo ecológico y ahorro de agua, otros lo hacen por amenazar con acciones de calle como las emprendidas por habitantes de la carretera vieja Caracas – Los Teques que el pasado 9 de marzo trancaron la vía para llamar la atención de las autoridades.
“A veces lo que provoca es salir a trancar la carretera Panamericana pero no tiene sentido atrapar a los conductores y generar más caos en la ciudad”, opinó Margarita Becerra, vecina del barrio Buenos Aires, donde durante 2014 se las vieron negras más de 800 familias por las fallas con el suministro de agua.
–Creo que Hidrocapital debe organizarse y hacer inspecciones en las principales comunidades donde presentan fallas para comenzar a resolver. A esto se le suma el milagrito que nos va a hacer Dios para que empiece a llover y los embalses retomen su nivel.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl