Imparables parecen ser los aumentos del pollo, producto que semanalmente es ofrecido más caro a los vendedores, lo que halla su reflejo en el precio de venta final al público.
“En vez de inyectarle hormonas lo que le meten son bolívares. Un kilo de pollo llega cada semana costando no menos de 70 bolívares adicionales”, explicó el presidente del mercado a cielo abierto de la avenida Francisco de Miranda, José Echeverría, quien agregó que con esta dinámica es cada día más difícil hacerle rebajas a los compradores, quienes a su vez procuran sustituir el producto por algo más económico.
Ante esta realidad que se repite en comercios privados, las amas de casa se las ingenian para no sacar por completo el ingrediente de su menú diario. “Con esta crisis los recortes que eran regalados e incluso botados ahora son empaquetados y vendidos; con eso hago un guiso que con pasta se deja colar”, confesó Mildred González, vecina de Los Teques.
–Cuando tengo días libres me doy mi vueltica por la Tienda del Pollo que es donde normalmente llega el pollo regulado, lo que implica hacer una megacola y aguantar sol o lluvia según sea el caso.
Por su parte, los comerciantes piden la sinceración de precios. “Si uno compra a los proveedores en Bs. 500 la unidad, por poner un caso, difícilmente se puede ofrecer a precio regulado”, dijo un vendedor que se amparó en el anonimato.
Los altos costos se reflejan también en los restaurantes. Un menú con milanesa de pollo que el año pasado se compraba en Bs. 80 este año ya ronda los 400.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
