“Siempre supe que era un infiltrado”, sentencia Sairam Rivas cuando se le consulta su opinión sobre Carlos Trejo, uno de los sujetos involucrados en el asesinato de Liana Hergueta, mujer que fue halla desmembrada dentro de un vehículo en Caracas, y que el Gobierno Nacional intenta involucrar con la oposición.
“Siempre le tuve desconfianza”, agrega la dirigente juvenil y actual candidata a la Asamblea Nacional por el circuito 4 de Miranda. Recuerda que Trejo llegó al campamento cuatro días después de que el movimiento estudiantil lo instalara en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes.
“Tenía cuentos poco creíbles, él nunca se quedaba durmiendo en el campamento, pasaba el día allí y luego se iba a dormir a un hotel en plaza Venezuela, al menos eso era lo que nos decía”, agrega la Rivas.
Recuerda que en una oportunidad comenzó a pedir dinero con el pretexto de que debía viajar a visitar a su mamá que estaba enferma, “nos negamos a darle dinero porque lo que teníamos era para la comida del campamento, luego descubrimos que lo de la mamá era mentira”, reseñó.
Trejo fue detenido junto al resto de los estudiantes la noche en la que el Gobierno Nacional desmanteló los campamentos que habían en Caracas, a diferencia de la mayoría de los estudiantes él recibió inmediatamente libertad plena, lo que para muchos de sus compañeros resultó sospechoso.
Gabriel Mujica, otro de los estudiantes universitarios que conoció a Trejo durante los sucesos de 2014, no tiene duda de que se trata de un “sapo infiltrado” por el gobierno. “Lo mismo ocurrió en Mérida cuando lo detuvieron, él estaba con un líder Operación Libertad quien quedó detenido y a él lo dejaron libre, sin duda se encargó de entregar a muchos de nosotros”, dijo.
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo
