
A la buena de Dios. Así están los verduleros, quienes cada semana están lidiando con aumentos de precios de parte de sus proveedores, lo que se refleja en el precio final y las caras largas de los consumidores que en el mejor de los casos llevan la mitad de lo que solían adquirir, y en el peor, tras quejarse, se marchan sin efectuar la compra.
Fabio Páez tiene 30 años en el oficio de la venta de verduras y afirma que es la primera vez que nota un descontrol como el actual. “Antes cuando venía la época de lluvia los costos se incrementaban un poco pero luego con la sequía volvían a bajar; ahora todas las semanas sin justificación alguna los precios suben y lo peor es que muchos compradores creen que somos nosotros que aumentamos arbitrariamente, pero eso es un reflejo de la inflación que nos está agobiando a nosotros”.
–Un saco de yuca que a inicios de año nos despachaban en Bs. 2.000 ya va por 4.000 y con tendencia a seguir aumentando, lo que hace que un kilo del producto que hasta hace nada estaba en 30 bolívares ronde los Bs. 150. A eso hay que sumarle el hecho que de lo que compramos se pierde una parte que es la que viene dañada, por citar solo un caso. En tal sentido, exhortamos a que las autoridades le metan la lupa a esta situación que afecta a quienes trabajamos honradamente y por supuesto a nuestros clientes.
La queja es avalada por compradores como Azualina Querales, quien opinó que todas las semanas los precios suben. “Aunque todo suele ser más barato en los mercaditos a cielo abierto porque trabajan puros productores, uno nota que no se mantienen los números. Ya el ñame está en Bs. 180, la auyama en 90, la cebolla en 300 bolívares al igual que el tomate, mientras que el pimentón ronda los 200. Ya hasta para hacer una sopa hay que invertir no menos de Bs. 3.000 y eso alcanza para una sola comida”, añadió.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl