El receso escolar llegó a su fin. Tras el “recreo” más largo del año y algunas imprecisiones sobre el regreso a las aulas ya es oficial el retorno: mañana deben estar llenando los salones más de siete millones de alumnos según proyecciones del nuevo ministro de Educación, Rodulfo Pérez.
“Todos los años es lo mismo, se sabe cuándo salen pero no cuando regresan. Habían dicho que arrancaban este lunes y después hicieron un cambio de señas; en algunos planteles cuando la fecha de reincorporación es a mitad de semana terminan postergando para el lunes siguiente el retorno”, se quejó Maryuri Salazar, madre de un chipilín de 7 años que se quedó vestido y alborotado.
–Él está emocionado porque pasó a primer grado y ya está desesperado por ver a sus amiguitos, le había dicho que arrancaba el lunes y quedó decepcionado al ver que llegó el día que le había dicho y no lo llevé a clases, pese a que apenas se levantó lo que hizo fue buscar su uniforme.
Otros padres agradecen el “plazo” porque así tienen oportunidad de completar la lista escolar. “Con lo apretada que está la situación mi esposo y yo fuimos equipándonos por quincena y precisamente con la de este martes vamos a completar los cuadernos que faltan, los colores y el segundo juego de uniforme”, dijo Josefa Morales, habitante de Lagunetica y madre de una niña de 9 años.
–Igual estoy tranquila porque la primera semana suele ser muy relajada, de hecho tengo entendido que van a hacer la fiesta del retorno a clases que es una jornada de juegos para recibir a los chamos, así que realmente la presión arranca el lunes 21, cuando esperemos empiecen con todos los hierros.
Vuelven los problemas
Mientras los padres afinan detalles en las compras escolares y se preparan psicológicamente para volver a la rutina: pararse temprano, decidir si preparar la lonchera o darle efectivo al chamo, lidiar con el pesado tráfico y retornar al pago de mensualidades cada año más costosas, los maestros recuerdan que el pago que reciben es insuficiente.
Antes de cerrar el año escolar 2014-2015 varias fueron las protestas protagonizadas por los docentes de Miranda exigiendo pagos retrasados, homologaciones y aumentos. Aunque lograron que se cumplieran varias peticiones, el sueldo que devengan sigue siendo la asignatura pendiente.
“No llego a los 10 mil bolívares y no solo doy clases sino que debo corregir exámenes, cargar notas y fungir de psicólogo entre los cientos de niños que carecen de afecto en sus hogares; también saco de mi bolsillo para las copias para los exámenes y más de una vez me ha tocado comprarle la empanada al chamo que llega con el estómago vacío y sin un bolìvar en el bolsillo”, relató Deysi Carvajal, docente desde hace más de 20 años.
–Obviamente la vocación me lleva a hacer este tipo de acciones diariamente sin esperar nada a cambio, pero con el alto costo de la vida actual no solo debo dejar el altruismo de lado sino limitar mi dieta porque el dinero no me alcanza ni siquiera para cubrir lo básico. En mi caso vivo sola pero me pregunto cómo hace quien debe mantener a una familia. Es vital que se dignifique nuestro sueldo no con una limosna que en dos meses quede desvanecida, sino un aumento representativo y en función a la labor tan importante que tenemos en los hombros: formar a los hombres del mañana.
Menos docentes
Las carencias de beneficios económicos hacen que cada año menos personas se interesen en formarse a nivel universitario como docentes, lo que se refleja en la carencia de profesionales de educación, sobretodo en materias como física, química y matemática, lo que lleva a que en muchos planteles retomen clases sin contar con toda la plantilla de profesionales.
“Mi chamo recibe clases aparte de matemática porque el año pasado solo tuvo profesor durante el primer lapso y lo que hicieron fue repetirle la nota en los otros dos; por supuesto todo el salón pasó pero los niveles de deficiencia no son normales”, se quejó Mariela Flores, quien añadió que a eso se le suma la pérdida de clases.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
