
La sede de la organización benéfica Hijos de la Unión se vistió de gala este sábado para regalarle un concierto a la capital del estado Miranda a propósito del 238 aniversario de la elevación a parroquia eclesiástica de Los Teques, regalo que vino de la mano de la Banda de Concierto Simón Bolívar.
Más de un centenar de personas se dieron cita el mediodía de ayer para deleitarse con las canciones que evocaban recuerdos de la ciudad del clima ideal de años atrás. La velada musical que incluyó el Alma Llanera, dio pie a la entrega de reconocimientos a más de una veintena de personas por su labor en la defensa de los valores de la ciudad.
Milagros Bandes, presidenta de Hijos de La Unión, señaló que “estamos reconociendo a un grupo de tequeños de pura cepa que no han sido reconocidos por las autoridades pese a que hacen una ardua labor por promover el sentido de pertenencia hacia nuestra maltratada ciudad”.
Tras la entrega de reconocimientos, tomó la palabra Leopoldo Olivares, destacado fotógrafo, que dictó una conferencia titulada “Los Teques de Ayer y Hoy”, con la cual buscó llamar a la reflexión.
“Soy un genuino tequeño, nacido en la calle Miquilén, muy cerca de nuestra emblemática plaza Guaicaipuro, por lo que a mis 70 años fui invitado a hablar de lo que era nuestra ciudad, emblemática además por ser uno de los últimos focos de resistencia indígena y por ser albergue posteriormente de grandes pensantes como Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri”, rememoró Olivares.
–Igualmente vengo a exponer como el crecimiento demográfico desproporcionado fue acabando con lo que durante años fue conocida como la pequeña Suiza de América.
Tras la proyección del video “Los Teques: una cita con el ayer”, se desarrolló una agradable tertulia, al mejor estilo de los viejos tiempos.
Los Teques de ayer
El 21 de octubre la ciudad del clima ideal arriba a otro año más de haber sido elevada a parroquia eclesiástica; son 238 años exactamente desde que el Obispo Mariano Martí fundó un curato con poco menos de 1.000 personas que habitaban entonces lo que sería aquel caserío.
A orillas del río San Pedro el cultivo era el sustento que cubría la demanda de sus moradores y fue así como evolucionó hasta llegar con empeño y mucho trabajo de aquellos agricultores que se sumaron junto a otros poblados bajo el trabajo pastoral, dirigido por el obispo Martí, a la creación de la parroquia San Felipe Neri.
Pasaron los años y Los Teques llegó a ser un pueblo cuya vegetación y clima logró llamar la atención de gente de otras regiones, lo que hizo posible la construcción de mansiones.
De ese pintoresco pueblo con ferrocarril, arreo de burros, quitrines de leche, misas de aguinaldo, gente amable, plaza pulcras donde todos se conocían, poco o nada queda; hasta los personajes se fueron con la neblina de ayer, como bien lo dijo en su momento el poeta Laurentzi Santos Guevara: “Los arquitectos del desastre acabaron contigo”.
Hoy añoramos otros tiempos, vemos como continúa la destrucción y parece que no hay nadie que pueda detener ese mal que llaman “progreso”.
La sociedad Hijos de La Unión con 112 años de trabajo ininterrumpido, ha querido realizar junto a la centenaria Banda de Conciertos Simón Bolívar un homenaje sencillo pero con cariño sincero, que solo sentimos los pocos dolientes que todavía caminamos por las calles de aquel pueblo que hoy agoniza ante la mirada indiferente de propios y extraños.
Leonel Vargas
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl