Egipto seguía buscando este domingo los cuerpos de las 224 personas a bordo del avión turístico ruso que el sábado se estrelló en la península egipcia del Sinaí y que según los investigadores se despedazó en el aire antes de tocar tierra.
“Se despedazó en el aire y los fragmentos se esparcieron en una gran superficie de unos 20 km2″, dijo Viktor Sorotchenko, director de Comité Intergubernamental de Aviación (MAK), aunque afirmó que es “demasiado pronto” para sacar conclusiones sobre las causas del accidente.
El presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi pidió esperar los resultados de la investigación sobre la causas del accidente, que el sábado fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), una autoría que muchos expertos ponen en duda.
“En este tipo de casos, hay que dejar hacer a los especialistas y no barajar las causas de la caída del avión, puesto que esta es objeto de una vasta investigación técnicamente complicada”, declaró Sisi ante oficiales del ejército, citado por la agencia de prensa gubernamental MENA.
En el centro de la península del Norte-Sinaí, cerca de Wadi al-Zolomat, hay numerosos restos del avión en medio del desierto, indicó un periodista de la AFP en el lugar, que todavía desprenden olor a quemado 24 horas después del accidente.
AFP