
Carteles que anuncian rebajas entre 20 y 30 % en cumplimiento con los lineamientos del Comando Nacional de Precios Justos colman las tiendas de la capital mirandina, donde se aprecian largas filas de clientes.
“En cumplimiento con los lineamientos del Comando Nacional de Precios Justos se está aplicando 30 % de descuento en toda la mercancía”, se lee en un cartel colocado en una zapatería ubicada en la calle Miquilén, donde desde el lunes se aprecian largas filas de compradores.
La controversial medida gubernamental es vista con suspicacia tanto por vendedores como clientes; sin embargo, los últimos aprovechan el “respiro” para tratar de garantizar los estrenos decembrinos, tal y como lo comentó Esperanza Toledo, quien este jueves aprovechó sus dos horas de almuerzo para escaparse a la zapatería.
–Me fui a la tienda Total y compré una braga para mi chama de 10 años, un pantalón para la otra adolescente que tengo en casa, un par de zapatos para mí, unos lentes de sol para mi esposo y un estuche de maquillaje para mi mamá y gasté solo Bs. 8.200. En otra oportunidad me hubiera parecido una millonada, pero como están los precios ahora con ese monto en otra tienda no pudiera comprarme ni siquiera una pieza.
La opinión fue compartida por Zoraida Monzón, quien se llevó las seis piezas que estaban vendiendo por persona. “Los anuncios son muy pequeños; de hecho, si uno entra no nota que están los descuentos hasta que lees por allí en una hoja tamaño carta que hay rebajas, por eso la gente no había estado tan alborotada”.
Donde si se enteraron rápidamente de la medida fue en la tienda ubicada al lado, donde expenden calzado y ropa interior, la cual exhibe sendas cola que alcanzan casi una cuadra. “No es posible que por un sostén te quieran quitar hasta 5 mil bolívares, con las ofertas pude llevarme el más caro en Bs. 1.200 y se ve que es de buen material”, añadió Gloria Querales.
Sin embargo, los compradores tienen sus reservas. “Estamos en año electoral y esta es una estrategia para que la gente se olvide de la situación de tensión que hay en las calles. Ya vivimos la experiencia en 2013 con las primeras fiscalizaciones que lo que hicieron fue garantizar un par de meses de rebajas y luego todo o disparó su precio o simplemente desapareció del mercado”, agregó Querales.


Ahorcados
Por su parte, comerciantes consultados señalaron que la medida vino sin ton ni son. “Llegó un comunicado advirtiendo que debíamos aplicar rebajas de 30 % de descuento y quien no cumpliera sería sancionado, por lo que no hubo más opción que cumplir la orden”, dijo un comerciante altomirandino que se negó a revelar su identidad para evitar represalias.
–Nuevamente están arremetiendo contra los comerciantes y quienes perdemos somos los pequeños empresarios porque básicamente nos están obligando a rematar una mercancía que fue adquirida a dólar negro y que de paso no garantizan que podamos reponer (…) Si enero de cada año es crítico, no me quiero imaginar cómo será el que viene; la economía se vendrá reactivando como en abril y eso siendo optimistas.
Otros vendedores señalaron que “el Gobierno quiere terminar de ahorcar la economía privada. El panorama está feo. Ahora nos obligan a seguir estas directrices pero después de las elecciones, cuando nos dejen en paz, será cuando las personas entren en cuenta del daño que nos están haciendo. Muchos entonces tendrán sus aguinaldos en el bolsillo pero no habrá absolutamente nada que comprar”, afirmó otro entrevistado que reservó su nombre.
Particular reinauguración
Una de las tiendas donde se vive mayor furor por las rebajas es en Traki del Centro Comercial La Cascada, Carrizal, el cual reabrió sus puertas el viernes a mediodía tras estar más de dos meses cerrado por remodelaciones.
“La gente está llegando a las 5:00 a.m. y anotándose en listas para ingresar a comprar. Son tantos los clientes que a las 4:00 p.m. ya tienen que cerrar las puertas y las personas terminan saliendo casi a las 8:00 p.m. por las colas que hay que protagonizar para cancelar la mercancía en caja”, dijo un trabajador de la sucursal que se amparó en el anonimato por no estar autorizado por su jefe a declarar.
La razón de la vehemencia de los compradores, algunos de los cuales incluso ha adoptado comportamientos reprochables para ingresar, son los bajos precios. “Con todo tan caro Traki se ha convertido en la única opción para comprar ropa; aquí con mil bolívares uno puede llevarse un pantalón de vestir, lo que no existe en otro lado. Me paseé por otras tiendas y hay vestidos que superan los 100 mil bolívares; allí ni con 90 % de descuento una cristiana como yo tiene opción de compra”, confesó Marianela Quiñonez.
gf