Lo que en principio pintaba para una jornada de alegría y jolgorio, termino siendo en una tarde – noche de horror para un puñado de personas afines a Primero Justicia (PJ) que asistieron al cierre de campaña de Delsa Solórzano, luego que se les negara el uso de los transportes Sitssa por el simple hecho de estar identificados con la tolda amarilla.
Yetzali González, directora de la Casa del Pueblo de Paracotos y persona afectada por ‘‘los atropellos’’ del día martes, contó su versión con lujo de detalles al equipo reporteril del Diario La Región.
‘‘Al término del cierre de campaña, un grupo de 16 personas de Paracotos nos trasladamos a la estación de Metro Alí Primera, donde usualmente tomamos el bus hacia nuestros hogares, pero para sorpresa nuestra, solo fuimos víctimas de malos tratos por tener camisas y banderas de Primero Justicia’’, contextualizó González para dar inicio al relato.
A su llegada a la estación, un individuo identificado con un carnet del Metro Los Teques les notificó que estaba prohibida la realización de proselitismo político, por lo cual, debían abandonar las instalaciones. ‘‘Nosotros solo estábamos haciendo la cola para irnos a Paracotos, pero por tener identificación con PJ nos querían correr cuando eso es un derecho para todos’’, explicó.
Posteriormente, y ‘‘luego de haber aguantado una serie de improperios por parte de una fémina identificada con una camisa del PSUV’’, llegó el autobús encargado de la ruta hacia Paracotos, no obstante, ‘‘por órdenes de quien nos corrió en primera instancia el autobús no cargó pasajeros’’.
‘‘Ese señor dijo a las demás personas que estaban en la cola que hasta que nosotros no nos fuéramos, el autobús no iba a cargar pasajeros’’, recalcó la agraviada, quien aseguró que lo peor estaba por venir.
‘‘De un momento a otro comenzaron a llegar motorizados que nos rodearon para amedrentarnos, obligándonos a retirarnos del lugar (…) éramos 13 mujeres, entre las cuales habían 2 personas mayores, 3 hombres y un menor de edad contra una banda de motorizados armados que hasta nos arrancaron una camisa del partido para limpiar el piso’’, esclareció.
González destacó que se vieron forzados a abandonar el lugar, y solo con el apoyo de unos transportes de la gobernación, lograron trasladarse sanos y salvos hacia la parroquia Paracotos.
‘‘Es un atropello lo que hicieron con nosotros el martes solamente por pensar distinto al gobierno de turno, perjudicaron a civiles que solo querían volver a sus hogares’’, finalizó.
Frederick Ortiz
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