La extrema derecha fracasó en su objetivo de conquistar por primera vez un gobierno regional en Francia, ya que no ganó ninguna región este domingo en la segunda vuelta de los comicios regionales, pese a su resultado histórico en la primera vuelta.
La oposición de derecha gana al menos seis regiones y la izquierda gubernamental al menos cinco de las 13 regiones de Francia, según estimaciones todavía provisorias.
Los dos partidos tradicionales se beneficiaron con una mayor movilización del electorado (casi 9% más de participación que en la primera vuelta) que parece haber respondido al llamado de políticos y de numerosas asociaciones, que exhortaron a “bloquear el camino” al ultraderechista Frente Nacional (FN).
El primer ministro, Manuel Valls, saludó ese “muy digno impulso” del electorado, pero afirmó que este resultado no debe dar lugar a “ningún triunfalismo”, porque “el peligro de la extrema derecha no se ha disipado, ni mucho menos”.
Estos resultados son un serio revés para las tres figuras principales del FN: su líder, Marine Le Pen, que perdió en el Norte, al igual que su sobrina, Marion Maréchal-Le Pen y el vicepresidente del partido, Florian Philippot, derrotados respectivamente el sudeste y en el nordeste.
AFP