El año 2016 arrancó tal y como finalizó su predecesor, con una crisis de agua que al día de hoy está afectando a propios y extraños, sin importar estratos sociales, raza, ni credo.
En la urbanización Los Teques Country Club, ubicada en la vía principal de Lagunetica, a la altura de Las Luces, los vecinos cuentan cómo desde hace más de 2 semanas el surtido de agua potable se ha visto interrumpido de forma brusca, teniendo en cuenta que meses atrás las irregularidades con el agua eran tema ajeno para ellos.
Con el ocaso de enero la situación del suministro empeoró ya que en días previos solo se habían registrado cortes controlados en el servicio, creando una especie de cronograma no escrito bajo el cual los vecinos sabían cuádo debían estar atentos para llenar sus tanques, almacenar en pipotes u ollas y realizar las labores acumuladas como el aseo del hogar o el lavado de las prendas personales.
Según contaron con evidente desespero, ‘’aproximadamente el 20 de enero fue la última vez que tuvimos agua en abundancia y con total normalidad en la urbanización; luego de eso hemos pasado trabajo parejo para vivir’’.
Tal cual lo explicó la vecina que prefirió no ofrecer su identificación, la convivencia dentro del urbanismo se ha vuelto un dolor de cabeza, pues la escasez de agua indispensable para la vida del ser humano ha privado la realización de actividades que hoy califican como un lujo.
‘‘Bañar a los perros, lavar los carros, regar las matas, limpiar los patios; todo eso se volvió un auténtico lujo para los habitantes de esta comunidad porque la poquita agua que logramos conseguir es para beber, cocinar o en un extremo caso bañarnos’’, relató mientras señalaba algunos envases que se exhibían con unos cuantos litros.
La escasez también ha tocado su bolsillo ya que ‘‘algunos días ha venido un camión cisterna cobrando Bs 2.000 por el servicio; sin embargo, también ha llegado otro pidiendo 7000’’. Hay quienes a través de su poder adquisitivo pueden hacerle frente a la crisis; no obstante otro puñado de moradores asegura tener dinero ‘‘solo para la comida’’.
Es por esto que muchos han optado por visitar a familiares y amigos residenciados en lugares donde el flujo de agua no presenta fallas tan graves, para llenar envases, traerlos a casa y sobrevivir unos días.
De igual forma, denunciaron el abuso cometido por residentes del sector Las Luces, quienes durante una protesta por falta de agua hace algunos días, declararon a los medios de comunicación haber cerrado la llave de paso de la urbanización para que el servicio pudiese llegar a sus hogares.
Los habitantes del Country Club aseguraron haber ‘‘reventado’’ los teléfonos de emergencia suministrados por Hidrocapital sin que algún trabajador de la empresa hidrológica atendiera sus llamados para ofrecer respuestas a la gran cantidad de interrogantes.
‘‘Solo esperamos que está situación pueda solucionarse a la brevedad posible ya que no tenemos jorobas para almacenar agua como los camellos; queremos que Hidrocapital dé la cara y se nos restablezca el suministro de forma continua tal y como ha venido haciéndose durante todos estos años“, concluyó.
‘‘Es necesaria una alcabala’’
A su vez, el problema con la inseguridad ha ido creciendo significativamente ya que los recurrentes atracos en la entrada del conjunto residencial han cobrado innumerables víctimas en un pequeño lapso.
El modus operandi bajo el cual se amparan los delincuentes que tienen azotados a los vecinos es esperar a partir de las 5:00 am a que alguna persona salga de la urbanización para arrebatarle sus pertenencias con pistola o cuchillo en mano.
Mujeres y hombres han pagado por igual, por lo cual han hecho un llamado a entes como la Policía del municipio Guaicaipuro (Poliguaicapuro) o la Policía del estado Miranda (Polimiranda) para que reactiven los puntos de control itinerantes en las adyacencias de la comunidad y ponerle coto a la desbordada inseguridad en el sector.gf
Frederick Ortiz
[email protected] / @FredoCorleone_